Organilleros, un oficio que va desapareciendo

La figura de los organilleros se asocia con la de un pequeño mono que porta una chaqueta y un pequeño sombrero

Mayra Figueiras Hernández

  · sábado 16 de febrero de 2019

Orizaba, Ver.- Escuchar el peculiar sonido del organillo ya no es tan común en la actualidad, pues cada vez son menos las personas que aprenden y se animan a cargar con una sola mano alrededor de 50 kilos, que es lo que pesa este equipo que en su interior guarda una pieza única de fabricación alemana.

Eso es lo que relata para El Sol de Orizaba en línea, José Agustín Hernández Ramos, joven de 23 años que heredó el gusto por este instrumento que tocaba su padre y su abuelo.

Parado sobre la banqueta, en una esquina de la Catedral de San Miguel Arcángel, mientras da vuelta a la manivela que es la que genera el sonido de la máquina del organillo, narra que en un día bueno reúne alrededor de 300 pesos, pues es poca la gente que le da una moneda, “porque no a mucha gente le gusta esta música”, indicó José.

La figura de los organilleros se asocia con la de un pequeño mono que porta una chaqueta y un pequeño sombrero, que hacía gracias sobre el cajón del organillo, sin embargo, éste dejó de hacerles compañía ya que las autoridades lo impidieron por considerar que tenerlo era una forma de maltrato, “y en cierta forma sí lo es”, reconoció.

José Agustín mencionó que a pesar de que el oficio del organillero va desapareciendo poco a poco, él continuará llevando a las calles el sonido tan característico de este instrumento.