Orizaba, Ver.- Mauricio Muñoz, joven de 22 años y estudiante de ingeniería industrial en el Instituto Tecnológico de Orizaba (ITO), es uno de los cinco voluntarios del Cuerpo de Bomberos de Orizaba y los fines de semana apoya en las emergencias que reporta la población.
Él, junto con otros 14 elementos arriesgan su vida para salvar la de otras personas o los bienes de quienes por alguna contingencia, ya sea natural o antropogénica, es decir, provocada por la mano del hombre, están en riesgo.
Enfundado en su traje personal dijo que es bombero porque quiere ayudar a las personas en el momento que más lo necesitan.
Reconoció que la población no valora la labor que los tragahumo realizan y a pesar de ello, cada vez que reciben una llamada de auxilio acuden prestos y con gusto, porque lo que los mueve es el deseo de ayudar a la gente; “aunque a veces ellos no nos lo pidan directamente”.
El comandante de la Central 119 de Orizaba, Manuel Jiménez Cadenas, mencionó que así como Mauricio los otros elementos divididos en dos turnos, practican todos los días las diferentes técnicas que emplean durante las emergencias y es que señaló, no es lo mismo sofocar el incendio de una vivienda que el de un automóvil o el de un relleno sanitario.
Los equipos personales que comprenden, chaquetón, pantalón, careta de oxígeno y casco se lo tienen que poner, siempre sobre su ropa, en un minuto; otro minuto lo ocupan para colocarse el tanque de oxígeno. Una vez puesto, el bombero tiene que cargar con un peso extra de 40 kilogramos durante todo el tiempo que requiere atender la contingencia.