Xalapa, Ver.- Para Germán Mejía García, persona de escasos recursos e hipertenso, el coronavirus es una enfermedad que difícilmente podrá atenderse en caso de que la contraiga, pues carece de seguridad social.
A sus casi 80 años de edad, que cumplirá en mayo de este año, muy poco cuida su salud, pues dice que tiene que dedicar su tiempo a la recolección de botellas de plástico y cartón, que diariamente lleva a centros de reciclaje para ganarse la vida.
Germán también es padre soltero; bajo su cuidado se encuentra su hijo Julio, de 13 años, a quién de manera constante también le pide ser cauteloso para evitar contagiarse de coronavirus. Su esposa murió hace 11 años aproximadamente durante un accidente, "cuando julio aún era de brazos".
Durante la mayor parte de su vida trabajó como pintor de casas y ahora, debido a su avanzada edad, depende de la pensión que recibe de la Secretaría del Bienestar, que apenas le da para pagar la renta del cuarto que habitan y para la compra de algunos alimentos.
Aunque tiene dos hermanas y un hermano, sólo recibe ayuda de una de ellas, quien diariamente les otorga comida a él y a su hijo, además de apoyo económico.
Del Coronavirus sabe que surgió en China; está consciente que forma parte del grupo más vulnerable ante la pandemia, pero aunque en ocasiones le da temor salir a las calles, tiene que hacerlo en busca del sustento diario.
El aislamiento preventivo no aplica en él ni en su hijo. Desde muy temprano salen de casa para buscar artículos reciclables que les ayuden a mantenerse. También tiene la intención de enviar a la escuela a su pequeño, quien "por una u otra causa no ha podido ir ni siquiera al kínder".
Apoyado por un pedazo de madera que usa como bastón, no hay día que falte en busca de ingresos. Antes de que anochezca procura estar de vuelta en casa, pues también ha comenzado a perder la vista, según él, por su avanzada edad.