Córdoba, Ver.- Locatarios del mercado La Isla, se sienten en el olvido, pese a sus peticiones a las autoridades municipales para que les apoyen a incentivar sus ventas señalan que hace falta algo para atraer a los clientes, pero hace no hay voluntad de los encargados de Comercio para apoyarlos dijo Carmen Juárez, locataria de este lugar.
Recordó que han buscado que algún comercio instale una tienda ancla a fin de que haya más movimiento pues estiman que de los 700 locales, más de la mitad están cerrados porque no hay ventas, solo en las orillas.
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Coinciden otros comerciantes que urge más promocion o actividades para que llegue más gente y consuma en este lugar donde hay por lo menos fondas, pollerías, verdulería, abarrotes y otros giros, pero más de la mitad de los locales están abandonados.
Puntualizan que a partir del 20 de noviembre se instalan los vendedores de pinos navideños y flor de nochebuena, eso sirve por lo menos para que consuman alimentos de temporada y ayuda un poco, de ahí hasta enero en la feria del juguete, posteriormente ya no hacen algo más para atraer clientes mencionan.
Varios comercios cerraros su puertas debido a la falta de clientes
En un recorrido por el zoco se observa la venta de diversos productos pero poca gente que ingresa, por eso los comerciantes reiteran que hace falta promoción o algo que atraiga a la gente, pues están a escasos metros de la Central Camionera y sus ventas están muy bajas.
Y es que tampoco se ha mejorado el área se venta de flores, tienen espacios improvisados desde hace más de 14 años, entre láminas y madera, hules y lonas, piso de tierra y no les han podido dignificar su espacio aun cuando es pueblo mágico, y ellos tampoco pueden invertir mucho al ser un espacio municipal.
Cabe recordar que este mercado fue inaugurado en el 2009, ahí se instalaron a los ambulantes que vendían sus mercancías en las calles de la ciudad y que fueron retirados con el compromiso de que tendrían mejoras, sin embargo, muchos abandonaron los locales y otros más los cedieron tras indicar que no era lo que esperaban.
Fue construido con recursos del Fideicomiso del Dos por ciento a la Nómina y tuvo un costo de inversión de 35 millones de pesos solo del edificio más el predio, por eso ahora lo consideran un elefante blanco pues las ventas son casi nulas.