El arzobispo de Xalapa, Hipólito Reyes Larios, expresó que dado que en el ámbito político nos encontramos ante nuevas autoridades estatales y federales se necesita una “buena política que esté al servicio de la paz y que promueva la participación ciudadana”.
Mediante le comunicado emitido por José Manuel Suazo Reyes, Director Oficina de Comunicación Social de la Arquidiócesis de Xalapa, el arzobispo sostuvo que la caridad y las virtudes humanas son necesarias para una buena política al servicio de los derechos humanos, pues “la política se desvirtúa cuando se descuida el bien común y se privilegian los intereses personales buscando imponer los de algún grupo o ideología esto con respeto al derecho a la vida.
Luego de pedir por la pronta beatificación del padre Martín del Campo. El arzobispo de Xalapa indicó que es tiempo de unirnos en oración para pedir a Dios que nos conceda la gracia del milagro que hace falta, para alcanzar la beatificación de quien fuera entre nosotros un sacerdote santo y ejemplar.
Sostuvo también que el amor y respeto a la vida humana es el don más precioso que hemos recibido de parte de Dios, a través del amor de nuestros padres. Lamentablemente la vida humana es agredida en todas sus etapas.
Sostuvo que el aborto, por encima del cáncer y del sida, pues es la causa principal de muertes en el mundo.
En 2018 fueron abortados casi 42 millones de bebés en el mundo y en México tenemos la amenaza de la legalización del aborto provocado en toda la República.
El arzobispo indicó que si a eso sumamos los numerosos asesinatos de todo tipo de personas, constatamos un desprecio increíble ante la sacralidad y la dignidad de la vida humana, que clama al cielo y cuestiona seriamente nuestras conciencias.
Indicó que para quienes profesan la fe cristiana, la sexualidad humana es un don maravilloso que nos identifica como hombre o mujer y nos ayuda a expresar el amor en un contexto de respeto y libertad.
Sin embargo, actualmente se resalta desmesuradamente el placer sexual que provoca un tremendo libertinaje y una permisividad exagerada ya desde los mismos adolescentes.
Si a esto añadimos los postulados de la ideología de género que han invadido muchos ambientes, incluyendo la educación elemental de los niños, tenemos como resultado un neopaganismo hedonista y relativista que deteriora la humanidad y la fe cristiana.
Por ello recordó que la familia es la célula fundamental de la sociedad, es el santuario de la vida humana, el ambiente propicio para desarrollar nuestras relaciones humanas fundamentales, para aprender a vivir los valores y las virtudes propias de todo ser humano.
La familia, refirió es para promover la civilización del amor y para urdir adecuadamente el tejido social tan destruido en nuestros días, por loque es necesario para rescatar los valores tradicionales y no caer en la arbitraria promoción de ideas y prácticas que deshumanizan y banalizan la dignidad humana.
El Arzobispo señaló como algo indispensable que revisemos la educación en nuestra fe católica en todas las edades y etapas de nuestra vida.
Por lo que es necesario que todos los que profesan la fe católica conozcan mejor la Sagrada Escritura y el Catecismo de la Iglesia Católica, junto con su respectivo Compendio, como fuentes fundamentales de formación en la fe.