Los hijos, aseguran personas adultas mayores de Xalapa, son quienes ocupan el primer lugar como maltratadores y ni se dice ni se denuncia por miedo a recibir peores tratos y a no ser atendidos por las autoridades encargadas de sancionar e impartir justicia.
En el marco del Día Mundial de la Toma de Conciencia del Abuso y Maltrato de la Vejez, que se conmemora el 15 de junio, coinciden en afirmar que falta generar conciencia para poder recibir un trato digno y respetuoso.
¿Qué desafíos enfrentan los adultos mayores con hijos maltratadores?
Posterior al conversatorio coordinado por el DIF municipal en el Centro Recreativo Xalapeño, se les cuestionó dónde eran más maltratados y la gran mayoría coincidió en que en sus propias casas.
Por amor, afirman, dejan a sus hijos vivir en sus casas, pero poco a poco aumentan la incomprensión, los regaños y hasta la pérdida de sus espacios personales.
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“Yo quiero mucho a mi hija, pero entre el trabajo y todas sus cosas y pendientes, yo soy como un fantasma, casi no me habla, y a mí me da mucha tristeza porque me siento como un estorbo”, expresa Lupita, de 69 años de edad.
Otros casos son los de quienes no son propietarios. Rosario, de 71 años, no pudo hacerse de una casa pero sus hijos, sí. Vive con uno de ellos. Asegura que es una buena persona, pero cuando a ella se le presenta algún problema de salud llegan los conflictos.
“Son cuatro y yo nada más escucho cómo se echan la bolita. Nadie me quiere cuidar. Son discretos pero yo me doy cuenta y me pongo a llorar. Lo que menos quiero es causar problemas. A lo mejor si tuviera mi casita, estaría mejor sola”, comparte.
Carito, quien manifiesta disfrutar sus clases de baile, dice con alegría que todavía está bien de salud y goza de energía y entusiasmo. Ella vive sola y la visitan sus dos hijas los fines de semana.
“Soy bendecida por mi Dios. Yo trabajé como maestra. Soy pensionada. Veo casos muy tristes a mi alrededor y pienso que el Estado debe garantizar el acceso a trabajos, a servicios de salud y a todo lo que contribuye a que cuando ya es uno viejo, pueda tener una mejor calidad de vida”, expone.
Investigación realizada por la antropóloga social Lourdes Ancona Cruz arroja que las personas que reportan más maltrato se encuentran en mayor aislamiento y con menor número de recursos económicos y sociales. Su panorama se agrava al desconocer los lugares a donde pueden ir a buscar ayuda.
Menciona también que se enfrentan a una o más formas de maltrato quienes tienen problemas de salud física, viven en soledad, tienen limitaciones funcionales o presentan trastornos de salud mental como depresión, ansiedad o demencia.
Anota que el maltrato a esta población afecta a una de cada cinco personas, pero no ha sido suficiente para lograr ser una prioridad en atención de parte de la sociedad e instituciones en general.
Ante la violencia patrimonial, el despojo, el maltrato, la omisión de cuidados, la falta de cobertura de salud y la negación de servicios institucionales, convoca a sensibilizarse ante una población que tiene pocas décadas de haber sido incluida en la agenda de derechos humanos y, por lo mismo, en las políticas públicas.
Nota publicada originalmente en Diario de Xalapa