Otros estados productores de café como Chiapas, Oaxaca, Puebla y Guerrero iniciaron un movimiento de lucha cafetalera por la defensa de los precios frente al Instituto Mexicano del Café (Inmecafé) y los intermediarios. Después de tres ciclos de movilización se dieron cuenta que debían buscar nuevos mecanismos más duraderos.
Veracruz no fue la excepción, también expresó sus demandas. De acuerdo con consejeros del Consejo Regional de Café de Coatepec, que protagonizaron el majestuoso evento, manifiestan que el 14 de junio de 1982 se movilizaron más de 10 mil campesinos de todo el estado. Esto significó la muestra de su primera lucha campesina y representó el movimiento social más importante en el agro veracruzano, después del movimiento cañero en los 70.
Lo que ha heredado este movimiento, agrupados en la Unión de Productores de Café de Veracruz (UPCV), han sido grandes trayectorias donde se han compartido éxitos y fracasos en cada región cafetalera de Veracruz. Como parte del legado también ha sido la formación del Consejo Regional de Café de Coatepec (CRCC) y la Unión de Pequeños Productores de Café de la Región Coatepec SSS, que tienen la posesión del beneficio Puerto Rico, que les fue trasferido por el Inmecafé.
Actualmente los consejeros son hijos del movimiento cafetalero y nietos de la lucha agraria, así lo manifiestan. En la década de los 70 demandaban principalmente tierras y la defensa de sus derechos. En la década los 80 cambiaron su lucha, el problema que todos los campesinos compartían eran los bajos precios y la burocracia de las instituciones bancarias y del Inmecafé, organismo federal que se encargó de administrar las actividades productivas y comerciales del sector entre 1958 y 1989.
La marcha del 14 de junio de 1982, que realizó la UPCV contra el Inmecafé, fue una forma de expresión de resistencia política, considerada la más grande en la historia veracruzana. El Estado vio el potencial del movimiento, por lo que intuía venir nuevas formas de lucha campesina. El nuevo grupo se había constituido con autonomía de partidos políticos y fuera de las tradicionales centrales campesinas. Otros estados vivían problemáticas similares y desde sus regiones habían empezado a crear organizaciones bajo la misma política y corriente ideológica, que les permitiera autonomía de lucha social.
En 1989 el Inmecafé dejó de apoyar tras el rompimiento de las cláusulas internacionales por la Organización Internacional del Café (OIC), que regulaba el “mercado de cuotas”. Ese año el país se hallaba en la transición de un nuevo modelo de desarrollo económico, en consecuencia, la relación del Estado con el mercado y la sociedad estaban cambiando. El nuevo modelo económico se basaba en las recientes políticas neoliberales que regulaban el orden mundial del comercio.
Esta coyuntura estuvo marcada por una gran crisis histórica no solo para agro cafetalero veracruzano, sino para todo el país. Como consecuencia los precios del café cayeron súbitamente, el comercio entró en una dinámica de libre mercado y la política nacional no respaldó abiertamente al campesino. Esto fue el inicio de una movilización cafetalera masiva a nivel nacional. Ante este escenario, se enfrentaban a grades retos, estaba en juego no solo la permanencia de sus actividades agrícolas del café, sino también la lucha social organizativa.
Ante tales circunstancias los intereses de las organizaciones regionales se fundieron en una sola para hacer frente a la crisis y buscar nuevas formas de coordinación. La mayoría logró articularse y formaron un nuevo tejido organizativo a nivel nacional representado por la Coordinadora Nacional de Organizaciones de Café (CNOC). Los Consejeros del CRCC, guardan en su memoria colectiva las experiencias y constantes visitas que realizaron en diferentes estados.
Hasta el día de hoy el CRCC, junto con la Unión de pequeños Productores de Café de Coatepec trabajan de cerca con la CNOC. Fernando Celis Callejas, representante de la Coordinadora, los asesora a nivel de políticas públicas, comerciales y mecanismos de precios, tanto interno como externo. La CRCC trabaja siempre en beneficio de los productores, según sus demandas y problemáticas, una de sus estrategias se ha basado en combinar los saberes de la vida cotidiana con las técnicas de los profesionales llegan a su interior.
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Cabe recordar que desde la primera movilización hasta este momento que se cumple el 40 aniversario, los cafeticultores, año con año, se han movilizado expresando sus demandas al gobierno, incluso en los tiempos de pandemia se han presentado, aunque con menor representación. Desde hace dos años que inició la pandemia mundial por el Covid-19 sufren los mismos estragos de la crisis que el resto de las economías del mundo. Sin embargo, la constancia de la directiva y el apoyo monetario de los socios, más el ingreso que aporta la Sociedad Beneficiadora de Café Sustentable y de la cafetería Casú, le han permitidosobrellevar la crisis.
En los últimos años uno de los temas que han tomado como análisis dentro del Consejo ha sido preocupación de un relevo generacional que tome con fuerza la dirección del grupo, porque a sus 40 años de lucha les ha llegado un cansancio, naturalmente.
Ante tal situación, el Consejo siempre ha incluido a jóvenes tanto en el equipo de trabajo administrativo como en otros proyectos. Regularmente son hijos de productores que colaboran, aunque también jóvenes externos que cuentan con habilidades requeridas. Destrezas como el uso de tecnologías, manejo de softwares, manejo de redes sociales, entre otros; dado que estamos inmersos en la era de las tecnologías y el mundo digital.
En la última reunión, efectuada en el beneficio Puerto Rico el pasado 1 de mayo, se planteó una propuesta para mejorar el ingreso de las familias del campo ante el fuerte aumento de la inflación y precios de los alimentos, por parte de la CNOC, dirigida por Fernando Celis., explicó que son dos los factores que influyen en el aumento de la inflación de precios y alimentos. Por un lado, en varios países como EU, otorgaron montos importantes de apoyos fiscales para compensar las pérdidas en el periodo más fuerte del Covid-19, más una menor oferta de productos por el cierre de las fronteras. Por otro lado, el conflicto militar entre Ucrania y Rusia, y las represalias que maneja EU y sus aliados.
Se propone al gobierno federal que se instauren las siguientes medidas: 1.- Continuar con los apoyos fiscales. 2.- Que se establezcan precios de los productos básicos como tortilla, frijol, arroz, azúcar y aceite, así como tener acuerdos con las empresas para aminorar los precios. 3.- Para aumentar la producción de alimentos que se amplíe el apoyo de fertilizante a más estados. En el caso de los cafetaleros demandan que se incluyan otros estados como Chiapas, Oaxaca, Puebla e Hidalgo, entre otros. 4.- Establecer en las zonas rurales un amplio programa de autoempleo en actividades como: arreglar caminos, escuelas y espacios públicos. 5.- Impulsar la producción de traspatios que permitan gestionar una soberanía alimentaria, otorgando apoyos a las familias para aumentar la producción de maíz, frijol, calabaza, yuca, chayote y quelites, para el consumo familiar.
El gobierno federal anunció el programa de fertilizantes para el bienestar, con el objetivo de contribuir a la producción de cultivos prioritarios a productores de pequeña escala, lo cual seguramente para los del CRCC es adecuado, sin embargo, el grave problema es que el estado de Veracruz queda excluido del apoyo.
Nota publicada en Diario de Xalapa