Xalapa, Ver.- Esta mañana decenas de católicos lloran la muerte del Cardenal Sergio Obeso Rivera. Son, a esta hora de la mañana, algunas decenas las personas que se han congregado para dar el último adiós a quien fuera su pastor durante muchos años.
De hinojos, le dedican alguna oración, se persignan, tocan el féretro, reflexionan. El llanto incontenible brota de sus rostros. Es el último adiós. Al Cardenal no se le verá más, no se le escuchará más. Pero reconforta saber que va al encuentro de Dios.
Los restos mortales del Cardenal Sergio Obeso Rivera llegaron a las 02:28 horas a la Catedral de Xalapa escoltados por varios vehículos y por elementos de la policía estatal y municipal. Pocos minutos después fueron depositados, frente al altar de este templo católico, a donde los feligreses han acudido a darle el último adiós desde las primeras horas de este lunes.
Al llegar al templo católico, Roberto Reyes Anaya, párroco de la Catedral, dijo que al recibir el cuerpo del Señor Cardenal en la Catedral
queremos pedirle a Dios que también lo reciba en su reino y lo haga descansar en su paz. El buen Dios quien está lleno de misericordia le dé el descanso eterno y la recompensa de los justos. El alma de los fieles difuntos por la misericordia de Dios descansan en paz
Desde la puerta principal hasta el lugar reservado frente al altar, el ataúd fue cargado y escoltado por varios sacerdotes. La escena fue atestiguada por decenas de católicos congregados a esa hora. En el entorno se escuchaba el coro cantado “El Señor es mi luz y mi salvación/ el Señor es la defensa de mi vida/ si el Señor es mi luz ¿a quién temeré?...”. Al fondo, se oía también el toque de difuntos de las campanas de Catedral.
El féretro que contiene los restos mortales de Don Sergio Obeso Rivera es una caja de madera sencilla, solo tiene al frente una cruz tallada, no tiene algún otro detalle, descansa al centro del edificio sobre una alfombra.
Contrariamente a lo que se acostumbra, el ataúd está en el suelo tal y como lo pidió el Cardenal en su testamento. Pidió que su ataúd fuera colocado en el suelo, junto al cirio pascual que representa a Cristo muerto y resucitado en el que creyó y por el que predicó todos los días de su vida.
Frente al altar, se encuentra también una pintura en la que se observa una imagen de Don Sergio Obeso con su atuendo de arzobispo y con un rostro sonriente, lleno de vida.
Los ornamentos que se han colocado sobre el ataúd del Cardenal son el palio arzobispal, el bonete y pectoral cardenalicios y un crucifijo, todos pertenencias de él.
También se han colocado las banderas de México y de El Vaticano por ser un mexicano que pertenecía al clero de Roma por ser Cardenal. Al ataúd lo rodean flores amarillas y blancas entre las que dominan los geranios.
Los restos mortales del Cardenal Sergio Obeso serán depositados en la parte posterior de la tumba de San Rafael Guízar y Valencia, en el lugar en donde están también los retos de los obispos de Xalapa, a excepción de Joaquín Arcadio Pagaza y Ordóñez, cuyos restos están en Valle de Bravo, Estado de México, y de José María Mora y Daza, segundo obispo de Xalapa, que terminó siendo obispo de Puebla y está sepultado en la Catedral de esa ciudad.
Don Sergio Obeso Rivera descansará al lado de Francisco de Paula Suárez, José Ignacio Suárez Peredo y Bezares, San Rafael Guízar y Valencia, Manuel Pío López Estrada y Emilio Abascal y Salmerón.