Tlacotalpan, Ver.- Es la pura adrenalina la que da el valor a los jóvenes, principalmente, para intentar agarrar al toro que sale despavorido por las principales calles del municipio de Tlacotalpan, en el marco de las fiestas de la Virgen de la Candelaria.
La celebración de los toros inicia desde que son traídos a bordo de una panga, desde la margen derecha del río Papaloapan, hasta llegar al embarcadero “Los Almendritos”, para iniciar lo que se conoce como la suelta de toros, una representación de la Pamplonada de España.
Los asustados toros corren ante la multitud por todo el bulevar Guillermo Cházaro Lagos y otras calles que convergen. La gente empieza a “torear” al animal en medio del riesgo que corren ante la posibilidad de salir “corneados” o incluso lastimados por la multitud.
Los mayores resguardan a sus hijos para evitar una caída, pero los jóvenes no tienen miedo y enfrentan al animal. “Es la adrenalina”, comenta uno que en compañía de sus amigos, todos originarios del puerto de Veracruz y alrededores, acudió a disfrutar de esta fiesta. “Hemos venido por tres años consecutivos y está muy padre”, agrega.
Esta celebración es parte de todo un ritual en el que el toro representa la maldad y por la noche la fiesta continúa con la conocida mojiganga: la ciudad entera entra en una etapa de limpia de todos los demonios que los rodean para que en punto de las 12:00 de la noche se canten las mañanitas a la Virgen de la Candelaria y al día siguiente se lleve a cabo el tradicional paseo por el río.