En víspera de Día de Reyes, protectores de los animales exhortan a hacer conciencia sobre la importancia de no regalar perros, gatos, tortugas, peces, cuyos, aves o cualquier otro ser vivo que, en la mayoría de los casos, está destinado a sufrir violencia o abandono.
“No, no es un buen obsequio un animal de compañía porque no es un objeto, es una vida y su cuidado requiere un compromiso permanente, el cual muchos no están dispuestos a sostener”, puntualiza Joel Maldonado, fundador de la asociación AnimAmor.
En el caso específico de los perros, el activista enfatiza que aproximadamente el 50% de esta especie está en situación de calle o abandono y otro tanto padece maltrato en sus hogares.
“Aún no se entiende que antes de llevar a un animal a casa se debe analizar el espacio que requiere el nuevo integrante de la familia, el costo de su alimentación, el desembolso para sus vacunas y visitas al veterinario, así como entender que su naturaleza es distinta a la del ser humano”, explicó.
También señaló la poca sensibilidad que hay hacia el tema de la esterilización y, de los perros de raza, y la contribución que se hace a la explotación de las madres.
Ana Laura Colorado Méndez, quien labora en Educación y Protección Animal Teocelo (EPAT), declara que cuando se regala un animal no se sabe si el destinario tiene la posibilidad y la disposición para cuidarlo, mucho menos siendo niños, porque aún no tienen la madurez suficiente.
Con una experiencia en el ámbito del cuidado animal, comparte que a muchas personas solamente les gustan los perros cuando son cachorros, cuando les parece chistoso lo que hace o bien cuando están sanos. No toman en cuenta tampoco las características del lugar donde el animal vivirá, con algunas consecuencias fatales.
“A niños de cuatro, cinco y seis años se los regalan y los cargan mal, los tiran y hay animalitos que mueren a los pocos días; los otros, en un alto porcentaje, cuando dejan de ser atractivos se van a la azotea”.
En ese sentido, expuso que muchos padres le enseñan a sus hijos que un animalito es como un juguete más que se puede desechar, cuando es una responsabilidad empática la que se debe asumir si se decide incluir en su familia a alguien más.
Desde EPAT, que funciona como refugio, dijo que observa a personas acercarse en búsqueda de encontrar algún animal de raza para con toda facilidad podérselo llevar y no invertir, motivo por el cual está a favor de aclarar y manifestar su desacuerdo en emplear la frase “adopta, no compres”.
Y es que detalla que al utilizar el verbo comprar se hace mercadotecnia para todas las personas que se dedican a la cruza de animales y “adoptar” adquiere un carácter menor, cuando en realidad son las mismas obligaciones. Apuntó que para adoptar se debe cumplir una serie de requisitos.
FAUNA SILVESTRE
Con respecto a los animales silvestres en cautiverio para su venta, externó: “Si apoyamos una cosa, apoyamos todo lo demás. Es una cadena muy grande que es urgente romper. A los roedores, aves, peces y reptiles los sacamos de su hábitat natural y nunca podremos brindarles un lugar donde sean felices”.
Compartió que en EPAT cuentan con un consultorio donde da servicio el equipo de Fauna Silvestre, pero por tratarse de una especialidad, se cobra más caro: “Cuando llegan con su animalito y se enteran de los costos prefieren que no se les dé la atención”.
En ese sentido, el investigador Marcos Gallardo Vera recordó que México representa el 1 por ciento de la superficie terrestre pero en ella resguarda el 10 por ciento de la diversidad biológica del mundo.
Citó lo expuesto por la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (Conabio) que sitúa a México entre los 17 países megadiversos.
En cuanto al número de especies, ocupa el segundo lugar en reptiles, el tercero en mamíferos, el quinto en plantas y anfibios y el octavo en aves. Por ello hizo un llamado a no contribuir al fortalecimiento del tráfico ilegal de vida silvestre y, por el contrario, apostar por disminuir el daño a los ecosistemas y su biodiversidad.
Declaró que nunca está demás enviar un mensaje de concientización y eliminar la idea de que los perros, los gatos o cualquier otro animal son objetos a los que se les puede poner un moño sin pensar en el futuro que les espera.