Córdoba,Ver.- Con nostalgia y agradecimiento Arturo Espinoza Hernández cubrió su última guardia en las carreteras de la zona centro cómo Técnico en Urgencias Médicas al servicio de Caminos y Puentes Federales (Capufe) con 30 años de servicio, dijo adiós a este trabajo, pero sigue vigente en el área de la coordinación de la Cruz Roja delegación Córdoba, en total 35 en su alma mater.
En entrevista para El Sol de Córdoba, relata que trabajaba en una empresa de transporte de pasaje como gerente de mantenimiento y ahí surgió la idea de hacer un curso de primeros auxilios, lo más cercano y conocido era la Cruz Roja en donde se inscribió.
Al iniciar el curso lo invitaron a trabajar en la institución ya como paramedico, donde permaneció tres años, en su labor diaria en accidentes carreteros conoció a compañeros de Capufe quienes hacían servicio desde México y cuando abrieron el servicio medico de Puebla para Córdoba inició su labor en esa institución en el año de 1994.
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El 1 de noviembre fue cuando realizó su primera guardia ya formal, asignado como paramedico en el tramo Esperanza-Puebla y Esperanza-Orizaba en donde permaneció 25 años.
Los últimos años se servicio estuvo en la excaseta de Fortín de las Flores
En Cruz Roja sigue de guardia, apoya al área de la Coordinación de Capacitación a las nuevas generaciones, "hasta que el cuerpo aguante y Dios lo permita" explica.
En estos años al servicio de Capufe y Cruz Roja le ha permitido conocer mucha gente y ama su profesión.
"A veces un tanto ingrato mi profesión pero muy satisfactorio poder ayudar a la gente que se encuentra en situación de peligro, una desgracia, llenarse de agradecimiento, bendiciones, otras veces ni eso, pero seguimos ayudando" declaró.
Señaló que su guardia en Cruz Roja, han sido durante 35 años los domingos en la tarde y apoya en el área de capacitación, a veces da clases, acude a escuelas.
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"Ahora si cuando ya no se pueda, tiramos la toalla y nos vamos a descansar ya".
A las nuevas generaciones les pide no ver la Cruz Roja como una segunda opción, sino ponerse la camiseta pues hay la obligación de tratar al lesionado como quisieran que atendieran a uno y sobre todo entregarse por completo.
"Esto es una profesión hermosa y se quedan los que en realidad se deben quedar, hay muchos que lo ven como segunda opción y considero que no debe ser asi" expresó.
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