Córdoba, Ver.- El obispo de la Diócesis de Córdoba, Monseñor Eduardo Carmona Ortega, refiere que la Asamblea Nacional de Obispos, realizada la semana pasada en Casa Lagos ubicada en Cuatitlán Izcalli, Estado de México, fue un éxito total.
Y es que refiere que, además de renovar la mesa directiva de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) se logró abordar diversos temas de interés común para la Iglesia Católica de México, como lo es la construcción de la paz
“Realmente la asamblea de los obispos cada medio año son de mucha actividad, pero esta es especial porque fue una renovación de la mesa directiva, del consejo permanente y así en cascada de todas las diferentes responsabilidades que hay” comenta el prelado.
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Encuentro con las autoridades civiles
En entrevista al concluir su homilía dominical en la Catedral de la Inmaculada Concepción, Monseñor Carmona Ortega, refiere que además del trabajo de los Obispos de México, hubo un encuentro con las autoridades civiles de nuestro país.
Durante este encuentro, explica, abordaron temas en común tanto para la Iglesia Católica como para las autoridades civiles, pues en estos encuentro estuvo presente la presidenta Claudia Sheinbaum, la Secretaria de Gobernación y del encargado de Asuntos Religiosos.
“Así que ha sido muy nutritivo y por decir una cosa para rescatarla muy claramente es el objetivo de este trienio - del CEM- es la paz, caminar como Iglesia unidad en sinodalidad evangelizando para construir una cultura de paz que es lo que necesitamos” sostiene.
Y refiere que en este punto coinciden con las autoridades civiles, aunque ambos sectores lo ven desde su trinchera: la iglesia desde el pueblo de Dios y la autoridad civil desde el pueblo como ciudadanos con derechos y responsabilidad.
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“Aquí el punto de encuentro, entre la Iglesia y la autoridad civil, es el pueblo; el pueblo de Dios desde nuestras perspectiva y la ciudadanía desde la perspectiva del estado, pero finalmente trabajamos para el mismo señor que es el pueblo y queremos el bien común” explica.
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Al referir que hoy por hoy el pueblo de Dios y de México tiene una necesidad inmensa de la paz, de vivir en armonía, en desarrollo, en crecimiento y confianza para recuperar un mundo más humano y más civilizado.