Veracruz, Ver.- Luego de que la pandemia redujera hasta en un 50 por ciento la asistencia de personas a la ceremonia del Primer Viernes de Marzo durante los dos años anteriores, brujos de Catemaco esperan una reactivación en sus servicios.
Al respecto el brujo mayor Enrique Marthén Berdón, anuncia que como cada año estará llevando la tradicional misa negra, donde esperan una afluencia de 500 personas.
“Los dos años de la pandemia hubo una baja del 50 por ciento en la asistencia, pero este año 2022 ya tenemos muchas llamadas de la gente lo cual nos hace creer que se recuperará”, refiere.
Este año la actividad empezará la noche del jueves 3 de marzo y se prolongará al viernes 4.
En su mayoría la gente acude para pedir amor, dinero y salud, pero también la destrucción del prójimo.
El ritual de culto a Satanás también es llevado a cabo para alejar un mal vecino o poner fin a una infidelidad.
“La misa negra es la imitación de una misa normal pero dedicada a Lucifer, a Satanás, al Diablo. Es una alabanza, se hace una vez al año. Es un día especial. La gente que va se siente fuerte y segura”.
En rueda de prensa señala que la energía que fluye en honor al rey de las tinieblas permitirá curar algunos males.
Sus principales creyentes son las mujeres, quienes buscan una mejoría en algún o varios aspecto de su vida.
“Muchos me llaman y me dicen que ir ahí los liberó de problemas, actualmente estoy bien con mi pareja, en el negocio, bien de salud. No es que yo sea mágico sino que es el ambiente que se desarrolla en el lugar lo que hace que la gente logre su objetivo. Ese día todos están en el mismo canal”.
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La misa negra se llevará a cabo en la Colonia El Paraíso Dos, en el Centro Ceremonial El Ahijado, tendrá un costo de 500 pesos por persona.
El brujo admitió que a pesar de las quejas de grupos animalistas sí habrá sacrificio animal este año igual que el anterior.
Marthen Berdón se rehusó ahora a realizar predicciones políticas, pues argumentó que sólo acudía a promocionar la ceremonia del Primer Viernes de Marzo para que acuda la gente y esa presencia reactive la economía de Catemaco y la región de Los Tuxtlas, en hoteles, restaurantes y transportes.