Sembrar la semilla de la conservación, del cuidado de la naturaleza, de los seres vivos, puede ayudar a poner atención en el cambio climático, de ahí que la Hora del Planeta, que se celebra hoy a nivel mundial, no debería practicarse sólo una vez al año, puesto que se trata de un tema de conciencia social hacia nuestro entorno, indicó el doctor en Ecología Juan Carlos López-Acosta.
El calentamiento global va teniendo muchos escalamientos, por ejemplo viene la temporada de calor y con ésta llegan moscos que al picar contagian enfermedades como el dengue, el zika, la chikungunya, que antes no teníamos, “ese efecto cascada se nos olvida que se debe al abuso de los recursos naturales”.
Puntualizó que está de acuerdo en el uso de la tecnología en lo cotidiano, pero no el abuso, de ahí que se deba tomar buenas decisiones pues un coche eléctrico o híbrido contamina igual que uno normal.
Parafraseando a Luis Alberto Espineta quien dijo “yo nunca sembré un árbol, yo sembré una semilla, dijo que sumando fuerzas es como se puede hacer un cambio verdadero, pues sería muy triste pensar que no se puede hacer nada, debemos cooperar con un granito de arena no importa cuán pequeño sea o parezca porque el solo hecho de separar la basura, reciclar basura tecnológica y canalizarla a centros especializados, así como que nuestras mascotas no salgan a depredar aves o pequeños mamíferos, son maneras de contribuir".
El investigador del Centro de Investigaciones Tropicales, apuntó que para estar conectados con esta Hora del Planeta debemos hacernos conscientes de que vivimos en un entorno natural, puesto que si reconocemos eso podemos ayudar.
Quizá en Veracruz y el espacio donde vivimos sí tenemos un contacto cercano con la naturaleza, pero en lugares más urbanos las nuevas generaciones desconocen el contacto y esa necesidad que se tiene de la naturaleza y sus servicios ecosistémicos y cuando eso pasa viene una desconexión. Por ejemplo muy poca gente reflexiona de dónde viene la fruta que se está comiendo, ya que para que ésta exista se requiere todo un proceso evolutivo de las plantas.
Reiteró que las pequeñas acciones que las personas realizan día a día son muy importantes, como reutilizar el agua de la lavadora para darle un segundo uso; “al final juntar todos esos granitos de arena serán suficientes para alentarnos a seguir adelante ayudando a mantener el equilibrio que es necesario para la existencia del ser humano”.
Si uno tiene intenciones de ayudar se puede utilizar el agua de lluvia, también hay talleres para hacer generadores eólicos a partir de aparatos de segundo uso o utilizar celdas solares aunque sea para prender un foco ya representa un ahorro de watts de los que utilizaríamos de energía hecha a partir de hidrocarburos.
Hay un precio que pagamos por utilizar nuestro carro, por prender la luz, el refrigerador, “yo estoy de acuerdo con el uso de la tecnología en lo cotidiano, pero no el abuso porque cuando hacemos un uso de energía excesivo se deteriora el planeta".
Opinó que quienes tengan más recursos podrían colaborar con alguna ONG o participar en programas de rescate de alguna especie, ya sea cooperando en acción, trabajo o monetariamente.
Asimismo "se podrían hacer brigadas en las colonias, barrios, calles dirigidas a cuidar y promover zonas verdes, pues el hecho de tener un espacio donde crezcan árboles y empiecen a llegar lluvias de semillas, y pájaros, es fascinante".
Asimismo se debe ser consciente del uso de recursos como el agua y la luz. “Los podemos cuidar con una idea de aprovechamiento mucho más racional y promover acciones como tener techos y paredes verdes, ya que además de ser muy bonitos ayudan a la captura de carbono y a disminuir la temperatura en las áreas urbanas", concluyó.
