Río Blanco,Ver.- Al menos unos 80 indocumentados centroamericanos permanecen en la periferia de las vías del tren, en la colonia Ricardo Flores Magón, en espera de que salga el convoy que va a la ciudad de México para continuar su trayectoria hacia el norte del país.
Ellos, entre los que hay mujeres y niños son parte de la caravana que llegó durante la noche del domingo y reanudó su viaje a bordo de “La Bestia” en la madrugada de este lunes.
Mientras permanecen en la acera de la calle Oaxaca, en espera de que salga el tren nocturno, los hombres y mujeres descansan mientras los niños, en las esquinas piden el apoyo económico de las personas que transitan por el lugar.
José Miguel Castro Cáceres, de origen hondureño menciona que él junto con otros migrantes salieron de su país el 11 de abril pasado y a lo largo de su viaje ha encontrado muchas dificultades, pues además de que pasan hambre y soportan la lluvia, hacen frente también al rechazo de la población, ya en territorio mexicano, que a su paso cierra sus negocios e incluso no les permitieron entrar al municipio, como en Pijijiapa y Mapaxtepec en Chiapas, por la mala experiencia que tuvieron con las anteriores caravana de migrantes, pues algunos de los que eran parte de ellas causaron daños en tiendas de conveniencia “y por unos pagamos todos”, acotó.
Eso, reconoció hizo que a los migrantes que atraviesan actualmente el territorio nacional ya no les brinden el apoyo con alimento, ni acompañamiento de parte de las autoridades, como sucedió con la primera caravana.
Recordó que la gran caravana que llegó a territorio chiapaneco era de alrededor de 10 mil migrantes, sin embargo, al llegar al municipio de Arriaga, la Policía Migratoria los comenzaron a dispersar y se separaron.
Durante la noche y madrugada del domingo llegaron alrededor de mil migrantes, mismos que descansaron un par de horas y continuaron su camino en el convoy que salió en las primeras horas de este lunes.
La travesía que es difícil para los hombres se torna más riesgosa para las mujeres que viajan con niños, ya que es a ellos a quienes tienen que subir primero y para hacerlo de forma segura piden el apoyo de los garroteros y maquinista a quienes piden aminorar todavía más la velocidad al salir del patio de máquinas para que se puedan afianzar.
Todos tienen un sueño en común que no los hace desistir de su intento por llegar a la frontera Norte del estado, mejorar sus condiciones de vida al obtener un buen empleo y huir de la inseguridad que se vive en su país de origen.