El feminismo ha producido cambios profundos y positivos beneficiando con las reformas culturales que ha planteado; sin embargo, no se ha podido acabar con el patriarcado, el sexismo ni la opresión sexista, “por eso las conquistas feministas están siempre en peligro, por lo que invito a estar atentas, para seguir haciendo geografías feministas desobedientes, que desenmascaren las desigualdades y las opresiones”, puntualizó Diana Lan, profesora del Departamento de Geografía de la Universidad Nacional de La Plata, Argentina.
“Mapear desigualdades es pensar en otro mundo”, compartió Diana Lan quien consideró como un desafío la construcción de una base geográfica feminista, como forma epistemológica que reconozca a quienes están oprimidos, pero luchan y no se dan por vencidos.
Durante su participación en el 4º Congreso Internacional sobre Género y Espacio, en el que la investigadora ofreció la conferencia magistral Geografías feministas, para mapear desigualdades, señaló que las metodologías feministas tratan de construir un método no sexista ni androcéntrico, y reconoció que aunque existen mínimas diferencias en cada concepto, en la práctica el método engloba los dos, “expresa de manera explícita la relación entre política y ciencia”.
Mencionó que las mapeadoras tienden a añadir información de la realidad ignorada, como es el caso de Angélica Lucía Damián Bernal, del Estado de México; María Salguero, creadora del mapa nacional de feminicidios en México, y Amanda Yépez, geógrafa integrante del colectivo Geografía Crítica de Ecuador.
Explicó que las geografías feministas constituyen un campo académico y político en donde algunas son más visibles que otras, dejando fuera discusiones como la colonialidad de género, racismo y la construcción espacial de la blanquitud.
Estas geografías trabajan para desnaturalizar la dominación masculina del espacio, y encaran un proceso de concienciación y sensibilización de las desigualdades y opresiones de género, que las metodologías feministas otorgan a la geografía feminista latinoamericana un importante marco para el mapeo de la violencia de género que pone de relieve la importancia de utilizarlo como herramienta de comunicación, que además de elaborar datos estadísticos oficiales ayudan al posicionamiento de mensajes que son omitidos sistemáticamente por la sociedad.
“Desde estas geografías se necesita develar las asimetrías de poder para resignificar las prácticas espaciales de los lugares donde vivimos y defendemos, para crear una justicia feminista más inclusiva,”, destacó.
Recordó que en el primer encuentro de la Red de Geografías Feministas del Sur, efectuado el 16 de septiembre de 2020, se abordaron temas como geografía racializada, las descoloniales y las negras e indígenas, como parte de los debates actuales dentro del feminismo y las luchas sociales, políticas y ambientales latinoamericanas.
Dijo que ésta ha sido una lucha ardua por el contraste permanente que tiene en las sociedades racistas, transhomofóbicas, machistas, masculinistas y patriarcales.