Orizaba, Ver - Hace 50 años Pedro García Nieva empezó a vender dulces hechos de forma casera, caminaba por las calles de Orizaba con una vitrina y unas tijeras, es decir, una base de madera, con el paso de los años esta herencia la dejo en sus hijos y estos a sus nietos, esta es la historia de la Vitrina de Dulces ubicada en el centro de la ciudad.
Pedro Antonio Ramos García, encargado de ventas y atención al cliente de su negocio familiar, narra que su abuelo trabajó por varios años en la Fábrica de San Lorenzo de Nogales, pero al cerrarse este inmueble busco la forma de sacar adelante a sus 6 hijos y esposa por lo que se dedicó al comercio de nieves, tortas y dulces.
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De forma empírica, sin tomar algún curso sobre la realización de los dulces, don Pedro empezó a crear sus propias recetas y su gama de productos subió, "ellos empezaron con lo más sencillo, las cocadas, las marinas, macarrones y obleas".
En la cocina de su casa, creó su fábrica de dulces, donde poco a poco empezó a meter a su familia y sus hijos aprendieron de este proyecto, al volverse abuelo sus nietos fueron creciendo y en ellos veía a los "catadores", "me llena de recuerdos gratos recordarlo, nos tocaba probar lo que hacía, me tocó ir con él a vender en Tehuacán y las diversas leyes del comercio".
Su nieto recuerda a su abuelo cargando su vitrina, sus tijeras y donde veía gente, ya sea en iglesia o en el campo, él se acercaba a despachar; en aquellos años los dulces costaban de 10 a 50 centavos.
Las modificaciones de las leyes de comercio en la ciudad de Orizaba fueron cambiando, por lo que don Pedro en su momento creo un convenio con la empresa de telas donde actualmente se ubican y desde hace 30 años están en dicho sitio.
¿Cuál es la producción de la Vitrina de Dulces?
Pedro Ramos García ha estado inmiscuido en el negocio familiar en diversas áreas, por lo que ha pasado por la etapa de producción, lo que le permite saber los tiempos de preparación, como por ejemplo el hacer las pastas para los macarrones y la leche para los dulces, misma que es hervida con leña o carbón porque esta debe de estar bajo la llama hasta que rompa su hervor.
Cuándo la pasta está hecha con su sabor, color y textura pasa al cuarto de preparación y es en dicho lugar donde la magia sucede, pues las manos de esta familia, así como la de sus trabajadores, han creado por más de 30 años la tradición del dulce que distingue a la esquina de Madero Sur.
Dijo que la pasta de semilla se emplea para las obleas, la marina, las yemas de semilla rellenas de coco, el jamoncillo. La innovación va desde los macarrones de piñón y los tradicionales hasta las cocadas de leche, fresa, piña, limón, vainilla, chicle, naranja.
Él, como encargado de ventas, le toca recibir sugerencias y recibir a los clientes en la vitrina.
En la vitrina también reciben dulces de otos lados de la República a los que les dan su toque personal y los venden, otros más comprar en mayoreo y tienen su pequeño negocio.
La evolución de los precios
Pedro recuerda una foto donde sale su abuelo con la vitrina original y en ella una publicidad donde se deja ver los precios de los productos que iban de los 10 a los 50 centavos; en pleno 2022 dijo que todo ha elevado su costo como el azúcar y la leche por lo que se dio un ajuste en los precios que va de los 6 a 17 pesos.
Desde alfajores y manzanas de Chile y dulce han abrieron la vitrina para ofertar otro tipo de productos que no son de su creación, pero no han perdido la esencia del negocio.
La Vitrina tiene aproximadamente de 40 dulces que están en exhibición, por lo que todos los días se hacen dulces, ya que no manejan conservadores y en cada área hay una persona encargada desde la elaboración de la figura, la pasta y la creación de los dulces.
¿A dónde han llegado los dulces de la Vitrina?
Dijo que bajo pedido se han hecho envíos fuera del estado de Veracruz, llegando a México, Puebla e incluso Estados Unidos y España, "nuestro producto lo metemos en recipientes transparentes, por todo pasa que cuando pasan la aduana y deben de ver qué es lo que se lleva y para que no maltraten el dulce es por ello que lo hacemos".
En temperada de vacaciones los turistas acudieron a la vitrina y pudieron probar los dulces y con ellos se llevaron una buena cantidad "nos decían que tenían que llevar para que su gente probara".
Nota publicada en El Sol de Orizaba
