Soledad Atzompa, Ver. - Lo que bien se aprende, jamás se olvida y Lucía Guadalupe Hernández González es ejemplo de ello, puesto que es la cuarta generación de artesanas en elaborar objetos en barro, esta es su historia
Desde su bisabuelita, su abuelita y su mamá, han sido mujeres trabajadoras de este tipo de material que es traído de Tepetates, Naolinco, "al ver a mi mamá como trabajaba las piezas, yo empecé a hacer las figuras pequeñas y con el paso de los años comencé a elaborar arte más grande".
- Te puede interesar: Ser mascarero más que un oficio es un orgullo: artesano
Guadalupe señala que en Tepetates, comunidad del municipio de Naolinco es de donde se extrae el barro, luego de ser extraído se pone a secar, posteriormente a ello se muele y queda como polvo, este se cuela con un colador especial para que quede más fino, una vez de ese proceso, lo que queda del polvo se remoja y se desbarata y esto se vuelve a colar.
La artesana continúa explicando el proceso, pues el polvo que queda una vez remojado se hacen las bolas de barro, qué se ponen a secar entre 4 a 5 días y luego de ello se ponen a trabajar, puesto que depende de cada figura se toma una bola de barro y se va dando la forma con las piezas.
"La bolita debe ser moldeable y una vez acabada la pieza la ponemos a secar con el aire o el sol y este toma un color gris donde se alisa con una esponja o trapo, luego se pinta y se mete a un horno de leña".
Cabe hacer mención que para el secado de la pieza final puede tarde hasta de 5 a 13 horas dependiendo del tamaño del horno.
La declarante comenta que una pieza terminada se lleva dos horas, pero cuando esta es más grande varía en días de 2 a 3 días por los detalles, pintado, despostillado y secado.
Cuestionada sobre cuantas mujeres se dedican a esta labor, señala que es común, puesto que este material se da en una comunidad cercana a la que ella vive.
¿Cuáles son los precios que manejan?
En cuanto a precios, declara qué el barro fue un intercambio entre agua y la materia prima, donde este espacio es del pueblo de Naolinco, siendo que el costo único que pagan es al peón quien excava el barro.
Ella, desde hace 25 años, ha salido adelante económicamente y de sus artesanías saca adelante a su familia, "queremos que aprecien nuestro trabajo hecho a mano, se ve que no cuesta, pero desde un principio lleva mucho trabajo", finaliza.
Nota publicada originalmente en El Sol de Orizaba