Coscomatepec de Bravo, Ver.- No hay mejor herencia que los valores y para doña Blanca el trabajo honesto y el esfuerzo diario es la enseñanza que deja a sus hijos y nietos quienes han visto como las nieves de doña Blanca se han vuelto una tradición que empezó desde el año de 1980.
Nieves artesanales, hechas en garrafas de madera, de nanche, limón, mango, galleta y coco son las favoritas que piden los clientes quienes desde hace cuatro décadas acuden al parque central del pueblo mágico para pedirle a doña Blanca una deliciosa nieve para refrescar su día.
¿Cuándo inició el negocio de las nieves de doña Blanca?
"Cuando éramos jóvenes nos casamos y teníamos todo el entusiasmos para salir adelante pero la situación era difícil, yo tenía apenas casi 16 años, mi esposo 21 y vimos a un señor que hacía la nieve y se me ocurrió decirle a mi esposo si hacíamos lo mismo", explicó Blanca Castro Pérez.
Sería el 18 de marzo de 1980 cuando este sueño empezó, echando a perder aprendieron comentó, pero ahora 43 años después realizan más de 150 sabores y con el apoyo de sus siete hijos hacen que este negocio familiar continúe siendo un referente de Coscomatepec.
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"Yo le digo a mis hijos es un negocio familiar y aquí se criaron y es su herramienta de trabajo, una herencia, hay siempre que dedicarse siempre a lo que uno quiera pero hacerlo con fe y esfuerzo", expresó.
En una carreta hecha por su esposo así fue como doña Blanca comenzó a vender las nieves en el centro del parque, más tarde la administración municipal les darían la oportunidad de tener un estanquillo en el que ya es costumbre verla vendiendo a niños y adultos.
"Siempre estamos aquí aunque algunas veces hemos tenido la oportunidad de ir a exposiciones no siempre se puede porque a veces hay administraciones que no nos apoyan aunque somos artesanos a veces no nos toman en cuenta, pero esta vez si estamos viendo que nos toman en cuenta", explicó.
Las nieves de doña Blanca son artesanales y deliciosas porque en cada cono o vaso de este rico postre se puede encontrar el sabor del trabajo en familia, el esfuerzo y la dedicación que se le pone a la realización de las nieves.
Doña Blanca explica su trabajo entre lágrimas, nos cuenta en entrevista a El Sol de Córdoba lo feliz que es de compartir este arte por tantos años en donde la gente la felicita por la gran atención y sabor de sus nieves.