Córdoba, Ver.- ¿Te sorprendería ver a una mamá tlacuache por tu casa cargando en su lomo a sus crías?, no te asustes, la primavera es la estación del año donde la reproducción de la fauna silvestre llega a aumentar, comenta la bióloga Daniela Alegría Sánchez.
Los tlacuaches tienen un periodo de gestación de 12 a 15 días y llegan a tener alrededor de 21 crías, por lo que la “costumbre” de estos animales a pasear por jardines, banquetas, parques u otro tipo de entorno urbano será frecuente porque buscarán alimentarse para nutrir a las crías y luego de la gestación.
Te puede interesar: Hasta que se apliquen sanciones, reducirán casos de maltrato animal: Padrinos con Causa
De acuerdo a la alimentación de estos marsupiales, se basa en pequeños vertebrados, frutas, semillas, invertebrados y carroña que pueden encontrar en los jardines de las casas, por lo que la declarante llama a no maltratar a este tipo de animales que forman parte de la cadena alimenticia.
“Lo ideal siempre será dejar que los animales sigan su camino y en caso de que alguno haya anidado en nuestras viviendas tenemos que buscar a un experto para que nos oriente, del mismo modo si encontramos un animal silvestre herido debemos de llevarlo a un centro de rescate de vida silvestre”, dijo.
¿Por qué es común verlos por la zona?
Cuestionada sobre las altas temperaturas que llegan a sentirse en la región, Alegría Sánchez señala que es común que las zarigüeyas, así como cierto tipo de reptiles, busquen lugares frescos para refugiarse o bien verlos tomando el sol.
“Algunos animales pueden meterse a nuestras casas con tal de encontrar sombra donde descansar o una fuente de agua para beber, con la llegada de la primavera empieza el ciclo de apareamientos”.
Aves así como serpientes llegan a salir de sus nidos para buscar espacios frescos entre los patios, jardines o arriates donde puedan sembrarse flores como rosas o árboles frutales, sin embargo, en esos mimos espacios pueden tener escondites para poder aparearse y preservar su especie.
El llamado de esta joven es a no temer a las especies de fauna silvestre, pues estos al igual que los seres humanos buscan espacios para no sentir demasiado calor y al bajar el sol suelen regresar a sus nidos donde tienen crías o simplemente como un refugio conocido para ellas escondiéndose de sus presas o captores.
Nota publicada en El Sol de Orizaba