Xalapa, Ver.- A partir de 2021, en el estado de Veracruz se ha disparado el número de desapariciones de mujeres siendo Xalapa, Veracruz y Coatzacoalcos los municipios de mayor incidencia.

De acuerdo con Estela Casados académica y coordinadora del Observatorio Universitario de Violencias contra las Mujeres de la Universidad Veracruzana si bien ahora existe un trabajo sistemático de la Comisión Estatal de Búsqueda al dar a conocer los reportes de desaparición, no hay acciones estratégicas ni de prevención en lo que la Fiscalía General del Estado ha quedado mucho a deber.

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Las estadísticas

Afirmó que, de acuerdo con los reportes, en 2021, se incrementaron las desapariciones de mujeres pues, aunque anteriormente había cifras alarmantes, eran similares cada año, pero desde hace dos años se notó que se disparó.

“Esto es preocupante porque nosotras lo que hacemos desde el observatorio es contabilizar lo que acontece en materia de desapariciones de mujeres, pero entendemos que este es un fenómeno general”.

Detalló que a partir de lo que los medios dan a conocer, contabilizaron en 2016, 336 casos; en 2017 bajó un poco con 281 casos; en 2018, 279; en 2019, que empieza a trabajar de manera más sistemática la Comisión Estatal de Búsqueda de Personas, hay un registro 271; en 2020, el año de la pandemia son 280, por lo que hasta este momento los casos no llegaban a 300.

Sin embargo, expuso que para 2021 ya se contabilizan 569, por lo que prácticamente se duplicó la cifra y para 2022 fueron 696, mientras que de enero a junio de este año van 426 desapariciones.

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“A partir de 2021 hemos notado que hay una tendencia al alza importante y ahorita en el primer semestre del 2023, de enero a junio de 2023 registramos 426 desapariciones de mujeres en este primer semestre, no todas conservan el estatus de desaparecidas, pero sí nos da un indicativo de cómo va la cuestión de la desaparición”.

Coincidentemente, agregó, es Xalapa, Veracruz y Coatzacoalcos los municipios con más casos, lo que es de llamar la atención.

“Por ejemplo detectamos que, en enero de 2023, hubo 84 desapariciones de mujeres únicamente, para febrero fueron 45, en marzo 80, en abril 85, mayo 68 y lo restante habría que sumarlo al mes de junio”.

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Aunado a ello, en este primer semestre del año las mujeres de menos de 18 años constituyen el rango de edad en el que las mujeres desaparecen más con 241.

“Y las mujeres adultas, de los 18 años a los 59, son 105 mujeres las que han desaparecido. La región centro en el estado es la que tiene más desapariciones de mujeres únicamente en este primer semestre, la región centro registró 290 casos de desaparición. La región sur le sigue con 79 casos y la región norte con 57”.

¿Y la Comisión Estatal de Búsqueda?

La académica dijo que es a partir de esta administración estatal que la Comisión Estatal de Búsqueda a pesar de que ha tenido una situación compleja para asentar su titularidad definitiva y que ahora es encabezada por Brenda Cerón, ha hecho un buen papel en el sentido de ir registrando, dando a conocer e impulsando acciones que permitan hallar a las personas desaparecidas.

“Me parece que eso es de reconocerse porque efectivamente, está muy trillada la frase, pero en administraciones pasadas, no se había hecho. Nosotras desde el observatorio nos damos cuenta, antes para ir rastreando las desapariciones lo que hacíamos era acudir a los portales y medios impresos de comunicación incluso los papelitos que pegaban en el centro las familiares de las personas desaparecidas para avisarle a la sociedad que su familiar había desaparecido, una práctica que ha ido disminuyendo”.

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Sin embargo, sostuvo que ahora, se le va dando seguimiento puntual a lo que va comunicando casi en tiempo real la Comisión Estatal de Búsqueda.

No obstante, opinó que esto debería ir acompañado de un trabajo estratégico con la autoridad competente en materia de la sanción y recuperación de las víctimas de desaparición que es la Fiscalía General del Estado (FGE).

“Creo que la Fiscalía nos está quedando a deber mucho en materia no solo de desaparición sino en todo delito. Por otro lado, para atender el problema también se requiere un trabajo de prevención y trabajar con el grupo poblacional más vulnerable, por ejemplo, no sé si haya un trabajo coordinado con la SEV en donde puedan desde preescolar hasta preparatoria prevenir, lograr conciencia en la población joven lo que implica la desaparición”.

De ahí que, refirió, no se observa un trabajo estratégico sino de atención a una emergencia que efectivamente existe y que se ha desbordado, “pero el trabajo de prevención no lo vemos por ningún lado”.

Subrayó que, si bien pudiera haber muchos recursos, mayor trabajo sistemático, pero si esto no es estratégico será complicado dar respuesta a las víctimas directas e indirectas.

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“Sobre todo porque si la autoridad tiene clara cuáles son los elementos que detonan las desapariciones, lo debe comunicar a la población en general porque si decimos que es solamente para tráfico de mujeres, para un trabajo sexual forzado, nos estamos quedando en un solo panorama. Ese es un elemento importante que no hay que descartar porque el tráfico de personas para diferentes fines es uno de los negocios más rentables del crimen organizado, genera mucho dinero”.

No obstante, expuso que también hay otras situaciones como la relacionada con una ausencia voluntaria o la huida de los hogares que tiene que ver con la violencia ejercida en los hogares por los padres y madres o algún otro elemento que vulnera la integridad física y emocional de quien se va.

“Es un fenómeno lamentablemente muy complejo que se atiende en tiempo real, pero que no se previene y la atención siempre va a ser mínima porque el fenómeno de la violencia está desbordado”.

Nota publicada en Diario de Xalapa