ORIZABA, Ver.- El cierre de negocios emblemáticos en la ciudad causa tristeza entre la población que durante años fue cliente de los mismos. Tal es el caso de la Librería Garcilazo, que durante 76 años surtió a miles de familia de Orizaba y la región, de libros de texto desde pre-escolar hasta universidad.
El escritor Armando López Macip dijo que causa tristeza el cierre de la librería Garcilazo, abierta en 1944 por el profesor Miguel Garcilazo Salas, primero en Oriente 4 y luego en Oriente 6 entre Sur 3 y 5, en pleno corazón del Centro Histórico de Orizaba.
Recordó que en alguna ocasión Francisco Gabilondo Soler pasó a saludar al maestro Miguel, porque sus amigos de la infancia fueron Cri-crí, Guillo Nadal, de los baños Mancera; y don Leandro Iturriaga, cronista de la ciudad.
Tú podías decir que viste a Francisco Gabilondo platicando con su amigo Miguel Garcilazo, recargado en el mostrador de la librería
Subrayó que su cierre causa tristeza, pues es la quiebra de un negocio que perduró 76 años y que dejó de ser productivo.
Explicó que, aunque tiene libros de todos los géneros, su fuerte fue la venta de los libros de texto para las escuelas y comenzó a decaer cuando las editoriales comenzaron a vender los textos directo a las instituciones educativas.
“Ahora son las sociedades de padres de familia y administradores quienes venden los libros a los alumnos. Otra competencia son también las tiendas departamentales”, apuntó.
El negocio, abundó el también historiador, comenzó en Oriente 4, donde se ubica ahora la plaza Los Tejados. Ahí estaban Foto Herazo y la Librería Garcilazo; “ahí vivía la familia, que compartía el predio con los Molina, que tenían un taller de costura llamado El Castillo”.
Indicó que probablemente después del sismo de 1973 se pasaron al edificio de Oriente 6, donde al inicio de cada ciclo escolar se veían largas filas de estudiantes y padres de familia que llegaban a comprar los libros de texto.
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Vendían textos universitarios que venían de Barcelona y otros de Estados Unidos como el de Métodos Numéricos, algunos de ellos en inglés; si no tenían el libro que buscaban, lo mandaban pedir a la casa editorial y traían los encargos.
El cierre de esta librería le provoca un sentimiento de nostalgia porque ahí se vendió su primer libro en el 2005, es simbólico, no podía dejar de exhibirse en los anaqueles de la librería más antigua de la ciudad.
En redes sociales circula un aviso del cierre de la librería, motivo por el que comenzó este lunes una gran liquidación de ejemplares en existencia. “A partir de hoy si quieres un libro a bajo costo ven y encontrarás excelentes ofertas y un tesoro cultural”. Horarios: 11 a 12 horas y en la tarde 17 a 20 horas de lunes a sábado, domingo 11 a 14 horas.
Nota publicada originalmente en El Sol de Orizaba