Córdoba, Ver.- El egoísmo y la búsqueda del placer individual ha hecho que el hombre esté perdiendo su papel dentro de la humanidad, comenta el padre José Domingo Ortiz Medina, párroco del Sagrario de la Catedral de la Inmaculada Concepción.
“El hombre ha perdido su papel que es cuidar lo que Dios le regaló en la creación y no lo ha hecho por egoísmo, el egoísmo hace haya una Dios más poderoso que es el Dios del poder tener y del placer y con ese Dios destruimos todos lo demás”, comenta el prelado.
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En su mensaje dominical y en representación del obispo Eduardo Carmona Ortega, el padre Ortíz Medina destaca que el hombre, como especie, es el principal colaborador de Dios y por ende está obligado a cuidar la creación divina que incluye todo lo qué hay en esta tierra.
Esto luego de que durante esta semana se viralizó el caso de un hombre que echó a un cazo de aceite hirviendo en Tecamac, Estado de México, enfatizando que nadie tiene derecho a causar daño a la vida de otro ser vivo sea de la especie que sea.
"Debemos aprender a convivir todos"
Y enfatiza que así como se procura la vida animal, también se debe atender el tema de la protección al medio ambiente y a toda la creación que se está perdiendo por el mundo de violencia que se está viviendo en los últimos años, no solo en México, sino a nivel internacional.
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“Urge un llamado para que hagamos conciencia todo porque se está perdiendo todo, estamos viviendo en un mundo de violencia, una violencia en todos los sentidos, antes se hablaba de violencia intrafamiliar, pero ahora esta violencia se ha extendido a otros sectores y nosotros no hacemos nada”, dice.
El prelado señala que el planeta tierra es un hogar donde debemos aprender a convivir todos sus ocupantes sin importar la especie y todos debemos trabajar para mantenerlo, pero parece que el hombre se ha empeñado por destruirlo en la brusquedad de su placer individual sin importarle el derecho de los demás.
“Todo mundo grita un derecho, pero y el derecho de los demás, debemos hacer un verdadero trabajo de trasversalidad donde todos caminemos juntos, escucho que todo mundo clama por sus derechos, pero aplasta el de los demás”, apunta.