Veracruz, Ver.- El penal Ignacio Allende, en la ciudad de Veracruz, cumple 11 años cerrado y hasta el momento no existe ningún plan para la rehabilitación y uso del inmueble, protegido por la Ley Federal de Monumentos Históricos.
El antiguo edificio se extiende sobre la manzana que atraviesan las avenidas Hernán Cortés, Francisco Canal, Nezahualcóyotl e Ignacio Allende, en el tercer perímetro del Centro Histórico de la ciudad de Veracruz.
Te puede interesar: Rehabilitarán San Juan de Ulúa, fortaleza con 500 años
El edificio fue construido en 1901 por el expresidente Porfirio Díaz Mori, pensado como uno de los centros penitenciarios más seguros de su época. Su arquitectura es similar a la antigua cárcel de Lecumberri, en la Ciudad de México.
En el interior se distribuyen los espacios que eran utilizados como celdas para los reclusos, espacios de entre 6 y 10 metros cuadrados en donde se ven todavía las camas de concreto con pilares que forman hasta dos niveles. A simple vista se puede ver el deterioro y abandono de la construcción, con la pintura corroída, puertas y ventanas vencidas y espacios clausurados con maderas que fueron colocadas por autoridades municipales para restringir el paso.
La cárcel fue desocupada el 8 de enero del 2010 por ordenes del exgobernador Fidel Herrera Beltrán, quien autorizó el uso del recinto construido en el porfiriato para que el actor y productor Mel Gibson rodara una película. Sin embargo, luego de la filmación no fue utilizado más.
El inmueble fue otorgado a la administración del ayuntamiento de Veracruz, que en sesión ordinaria de cabildo el 22 de noviembre de 2010 aprobó la donación del inmueble al Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).
No obstante el sitio jamás se utilizó y el 1 de enero de 2014 que empezó la administración del priista Ramón Poo Gil nuevamente en sesión de cabildo, el jueves 5 de noviembre de 2015, el cuerpo edilicio aprobó revocar el acuerdo del 10 de febrero de 2012 para recuperar el inmueble a la administración municipal.
La recuperación de la administración del viejo penal no sirvió de nada, ya que el ayuntamiento jamás elaboró un proyecto para su uso o restauración y por el contrario, continúo el abandono de parte de las autoridades locales.
Con el alcalde panista Fernando Yunes Márquez no ha sido distinto, ya que el penal Ignacio Allende sigue sin figurar en los planes de obra del Ayuntamiento que está por concluir su periodo en menos de un mes y medio.
Además del abandono, el expenal se convirtió en un lugar peligroso, debido a que personas lo utilizan para resguardarse durante las noches y cometer delitos como asaltos a los transeúntes que caminan por la zona.
Esta situación ha generado múltiples quejas entre vecinos, que tras la presunta violación de una menor de edad en el lugar en agosto del 2019, tomaron la decisión de realizar la limpieza, desalojarlo y clausurar todas las entradas, para evitar que vuelvan a ingresar personas.
Colegios y agrupaciones de abogados han planteado la posibilidad de rehabilitar el inmueble y reactivarlo como centro penitenciario, pues su cierre fue calificado como ilegal, debido a que dejó al distrito judicial de Veracruz sin un Centro de Readaptación Social (Cereso) en el que se pueda recluir a aquellos que fueron juzgados o son juzgados por cometer un delito.