Xico, Ver.-Lilu es la iniciadora original del verde de Xico, tradicional bebida xiqueña que pone alegre a cualquiera. La receta, sin embargo, es de un sacerdote que la compartió con su madre hace más de 100 años y que, a la fecha, no pasa de moda.
María Dolores Fuentes Suárez, o Lilu, ahora hace además mole tradicional, licores, salsas y cremas. Su larga experiencia y don de gente, han hecho incluso que muchos medios de comunicación, artistas y funcionarios se acerquen a la Casa de Lilu.
En su tienda ubicada en la calle Hidalgo justo en el corazón de ese pueblo mágico, guarda con cariño algunos de esos recuerdos y conserva también algunos reportajes que le han hecho medios nacionales y locales por elaborar esa singular bebida. Hace cerca de 38 años inició con un restaurante junto con su madre que, sostiene, fue quien inició con la tradicional gastronomía de Xico.
Más tarde, fue un médico quien la animó a “cambiar de giro” y empezó a preparar licores y otras especialidades que le heredó también su mamá. “Yo veía a mi mamá que desde muy chica ella los hacía. Antes todo esto estaba muy restringido pero con todos los permisos se pudo empezar a trabajar”.
Fue en 1933 que empezaron a elaborar el verde, su padre incluso le inventó una broma que ahora colocan en una tarjetita y que menciona las 10 cualidades de esta entre las que están que “achica el pie”, “alumbra el entendimiento”, “quita lo tonto”, “hace hablar siete idiomas”, “pone los ojos verdes”, “es afrodisiaco”, “aclara la vista y en tu casa no te regañan”.
Se trata de una infusión de hierbas que además es un aperitivo y digestivo que está compuesto por hinojo, toronjil, cedrón, zacate limón, anís del campo, cascarita de lima, limón y manzanilla entre otros.
“Ese conjunto es buenísimo para cualquier malestar estomacal”, asegura. Ella tenía seis años y ya observaba a su madre en su cocina elaborar la bebida que hasta la fecha se conserva y sigue deleitando paladares". Además del verde, otra se sus especialidades es el licor de café que se produce también en Xico y el mole totalmente artesanal.
En alguna ocasión, recuerda, expuso sus productos hasta en Bellas Artes, siempre fue invitada a eventos como el Tianguis de Acapulco o el Lienzo Charro de Constituyentes en Ciudad de México por empresarios que le tienen gran respeto y cariño.
Ya perdió la cuenta de la gente que ha visitado su tienda y de los países que han probado su verde y lo han comparado con bebidas originales de sus naciones. A sus 86 años sigue entusiasta y con el único deseo de que Dios le regale vida para poder seguir pendiente de su hijo menor, de entre cuatro que tiene, Alejandro de 62 años, quien tiene un pequeño retraso mental tras haber sufrido un accidente.
“Por él sigo luchando, es mi motor, es por quien sigo luchando y no me quiero morir. Quiero seguir viviendo para seguirlo viendo”, dice. Lilu aprovecha este espacio para invitar a la gente a acudir a Xico y visitar su Casa y el restaurante Acamalin a cargo de uno de sus hijos, pues asegura que ese municipio siempre ha sido mágico. “Mi eslogan es la magia se siente, porque tú la sientes, yo la siente en mis productos", concluyó.