Córdoba, Ver.- Depresión, angustia, miedo y soledad son algunos de los sentimientos y sensaciones que llegan a presentarse en la ciudadanía con problemas de neurosis y es que la temporada decembrina mueve muchos recuerdos y sentimientos que la gente difícilmente puede controlar, llegando incluso a afectarse aún más emocionalmente
En neuróticos anónimos grupo “Buena Voluntad” reportan aumento en llamadas telefónicas sobre todo de soledad y tristeza pues diciembre representa para muchos familia, unión, amor y paz, “recibimos llamadas constantes de soledad, de que no pueden estar con la familia, de que perdieron trabajo o por el covid-19 no podrán asistir a sus tierras de origen”.
La contingencia ocasionó muchas carencias como la pérdida de empleos, pues la gente se enfrenta a problemas emocionales por la situación del virus y la falta económica que está dejando esto que hasta cierto punto a las personas con neurosis puede afectar y aunado a las fechas decembrinas son peor los sentimientos y la sensación de soledad.
Asimismo la atención de llamadas que llegan a ser diarias hay personas que comentan la palabra “suicidio”, “dormir y no despertar”, “dormir y sentirse mejor” y es cuando el Grupo de Buena Voluntad hace uso de sus palabras y experiencias para apoyar a estos hombres y mujeres que llegan a realizar su llamada en busca de una ayuda, palabras de apoyo y fuerza para seguir.
Las reuniones que tienen como grupo, por el momento vía zoom, debido a la pandemia de Coronavirus llega a generar cierta incertidumbre pues no conocen físicamente a quienes están detrás de la pantalla, pero otros más esperaran a que las pláticas presenciales vuelvan pues también en casa no pueden expresarse al 100%, liberando así muchos sentimientos que han guardado y que ahora se sabe pueden llegar a causar daño.
En fechas decembrinas, las personas que llaman o se acercan a las charlas vía zoom son pocos, pues no se sienten en la misma confianza, “si aumenta un poco pero finalmente tengo entendido que se les puede dificultar pues todos lo pueden oír u oírla”, dijo la persona entrevistada perteneciente al grupo.
Para estos temas, hay experiencias “navideñas”, en este caso dos mujeres que las fiestas no les brindaban un sentimiento de paz y de amor; Aracely era una persona que desde niña se sintió sola y más que nada en estas fiestas, “yo veía que mis amigos y vecinos recibían a mucha familia y me alegraba pues salía a jugar con ellos y cuando llegaba la fecha de la cena yo siempre me quede con la ilusión de que mi familia llegará”.
En su casa son sus hermanos, sus papás, tenía regalos, pero algo en ella hacía sentir un vacío, quería más gente, más ambiente y más amor, el tiempo pasó y se rodeó de muchos amigos, novios en general buscando la compañía de alguien, pero jamás se le quitó la idea de estar sola y lo que le hacía sentir bien era la oscuridad de la noche, el dormir y no sentirse de la forma en que lo hacía y aunque declaró no pensó en suicidarse dijo quería dormir y despertar feliz.
“Yo le decía a mi mamá el día está triste, está nublado y ella me decía que no era así y que solo era yo y mis sentimientos, fue como en el grupo de Buena Voluntad me enseñaron a sentirme bien conmigo misma, hace tiempo perdí a mi esposo y no me sentí sola pues me sentí acompañada y hoy más que nada no espero llegue navidad y la cena de año nuevo para estrenar, sino para dar gracias por una nueva experiencia y a superar mi soledad”.
En comparación del año pasado, entendió que la vida no es perfecta, pero si puede ser diferente.
Por su parte, Alejandra observó mucha cenas familiares, familias completas y padres unidos y ella no pudo disfrutar de algo así, ella solo observaba y se decía a sí misma querer tener una familia completa, una cena bien hecha y un pino grande y aunque lo tenía, no se llenó pues la soledad y la depresión ya estaba dentro de ella formando parte de sus emociones.
Ella no conoció a su papá, pero alguien fungió ese papel sin embargo el dolor de perder a quien fuera esa figura sabía que no iba a ser fácil. Fue que a los 33 años ingresó al grupo de Buena Voluntad y hoy a sus casi 67 años y pese a la pandemia está tranquila pues sabe que no está sola y que tiene a sus compañeros con ella.
A Alejandra le gusta platicar con la gente y lo hace con quién se puede topar, “cuando viajo en taxi y diálogo con el chofer veo que tiene miedo de las cosas y del virus pero no se comporta como yo”.
Hoy, tiene en su vida a 3 hijos y 7 nietos quienes son ahora una fortaleza y un sentimiento de no soledad; ahora lo que ella vivió y que superó y que sus hijos la vieron padecer dice que esos hijos son grandes, “ellos se acuerdan de la mamá miedosa pues cuando temblaba yo gritaba, ahora esa idea cambió, yo vivió sola y ellos con sus familias, saben que no estaremos juntos para esta navidad pero si estamos unidos de corazón y pensamiento”.