El coreógrafo Rodrigo Angoitia celebrará 30 años de trayectoria en una función especial del Encuentro Nacional de Danza, organizado por el Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura. El festejo, afirma en entrevista, “es un acto de resistencia, porque dedicarse a la danza es crear una energía que desafía el orden social”.
Afincado en Xalapa desde 1997, expresa que consagrarse a la danza contemporánea es una decisión con mucho riesgo económico. Además, considera que quienes se deciden por este arte tienen una reserva de fuerzas ocultas con las cuales se adaptan a cualquier circunstancia adversa.
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Al hacer un breve recuento de su trayectoria, comparte que tiene 36 años de ser bailarín y 54 de vida, edad a la que muchos bailarines occidentales se retiran, pero en su caso, afirma tener todavía mucho que dar.
“Mantengo una relación armónica con el cuerpo y seguiré bailando. En esta ocasión compartiré escenario con Luis Vallejo ‘Termy’ en una obra que habla sobre romper el ensimismamiento del ser humano en su relación con el propio mundo”, expresa.
En el foro Un teatro, en la Ciudad de México, Rodrigo Angoitia presentará “In Itztetl Iyollo-Corazón de piedra obsidiana”, respaldado por su compañía Estudio 28.
Comparte que la pieza fue creada con apoyo del Sistema Nacional de Creadores de Arte y tuvo su estreno durante la pandemia en Xalapa, por “streaming”, pero la del miércoles será la primera vez que la dé a conocer en modo presencial y representando a Veracruz en la plataforma nacional.
Añade que con ella busca hablar de la preocupación por el origen y la creciente alienación del hombre moderno, y replantear el sentido del ser y del cuerpo desde otros horizontes como una unidad primordial que incluye a todos los seres y las múltiples esferas del universo.
“El cuerpo en crisis del ser humano moderno busca, a través de su propia ceguera, los resquicios por donde puede mirar en su cuerpo una vía hacia la totalidad que habitamos y que nos sostiene danzando entre el cielo y la tierra”, manifiesta.
El catedrático de la Universidad Veracruzana dice que es un privilegio crear en la cotidianidad, pero es necesario también detenerse para recapitular, motivo por el cual está próximo a tomar un año sabático.
Mientras eso sucede, anuncia que pronto dará a conocer dos propuestas que trabajó con jóvenes estudiantes, las cuales habría sido impensable hacer de haber sido por la crisis sanitaria, tiempo en el que la tecnología los lleva a nuevos descubrimientos.