COSCOMATEPEC- Siguiendo la tradición familiar y los conocimientos heredados por su padre, Jorge Hernández Calvario es un artesano talabartero de Coscomatepec que realiza trabajos en piel, que más que trabajos son obras de arte, las cuales han llegado a clientes de diferentes partes del mundo.
Ya son más de 60 años que esta tradición se encuentra en las manos de su familia, el gusto por el cincelado y la artesanía en piel fue parte de la herencia que adquirió de su padre quien era conocido como "el Cacaro", pues su talabartería era famosa por su gran trabajo, y buscando superar al maestro Jorge siguió adelante en este oficio.
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Actualmente Jorge Hernández pasa sus conocimientos de generación en generación, enseñando a su hijo este trabajo artesanal que ya ha traspasado fronteras, entre sus clientes ha tenido pedidos nacionales que incluso en algunas ocasiones han terminado en otros países.
"Tengo algunos clientes que son de aquí pero ellos lo venden a compradores de otros estados o países, como una silla de montar que se fue hasta Zacatecas y otras que mandaron a Costa Rica", afirmó el artesano.
Su sueño es establecer su propia marca y así ser conocido por su gran talento y destreza, "me gustaría difundir mis trabajo, tengo ya varios diseños y sí quisiera dar a conocer mis propios modelos", expresó Jorge Hernández.
Pedidos exóticos y materiales especiales
Como en todo hay clientes exigentes y en el oficio de la talabartería a don Jorge le han hecho algunas peticiones que lo sorprenden, un reto nuevo con cada pedido que siempre supera, y entrega en tiempo y forma sin importar que tan rara sea el diseño o los materiales.
Sus trabajos se dividen en dos ramas: los exóticos y cincelados, en donde las exóticas son elaboradas con pieles de cocodrilo, avestruz, pitón y hasta mantarraya que compra en León, Guanajuato para traerlos hasta su taller en la calle Melchor Ocampo, en donde estos materiales cobran vida en forma de sillas de montar y bolsas principalmente.
"La mantarraya es una piel difícil de trabajar porque tiene piedras y le quita el filo al cuchillo, es más fácil la de avestruz, nosotros nos especializamos en trabajos exóticos y cincelados de calidad con grabados únicos combinando las técnicas y materiales", explica que en las sillas de montar son costosas porque los materiales son caros y especiales, por ejemplo una silla de montar hecha de piel de mantarraya con cocodrilo cuesta cerca de 20 mil pesos.
La marca o sello que caracteriza, y diferencía su trabajo de los demás, se encuentra en la perfección de su cincelado, proceso en donde él crea sus grandes obras, "lo cincelo sobre la piel ya pegada en la silla, se hace el dibujo y se empieza a trabajar con los el cincel y el martillo lo que va creando la sombra y el acabado se termina con tintas", explica.
¿Cuál es su trayectoria?
En el 2010 Fonart México realizó un concurso en donde uno de sus trabajos ganó el premio, sin embargo aquella ocasión menciona fue su exjefe quien metió la obra como propia sin que el premio saliera a nombre de Jorge.
Son cerca de cuatro días lo que se tarda en terminar una silla de montar, pero su profesionalismo lo ha llevado a tener una gran lista de clientes que hoy lo tienen trabajando a marchas forzadas.
Para Jorge Hernández Calvario este oficio llena de orgullo su vida porque la talabartería le dio la oportunidad de demostrar su talento, "tengo yo 42 años trabajando esto, se trata de que te guste, porque si no te gusta no funciona y a mi me gusta mucho el cincelado", afirmó el talabartero coscomatepecano.