Córdoba, Ver.- Para la psicóloga infantil Zaira Ruíz Castillo, la propuesta de la “Ley Antichancla” es buena, sin embargo hace falta darle a los padres herramientas para educar sin regaños, pues muchas generaciones pasadas así fueron creciendo, ahora puede generar emociones como miedo y enojo en los niños, mismas que no saben controlar.
Si bien se vive en una actualidad donde ya los niños pueden levantar la mano sus padres, la realidad es que la nueva ley impondrá penas de 6 meses hasta 5 años de prisión quien violente a un menor, y esto fue publicado en el Periódico Oficial del Estado modificando al Código Civil y a la ley de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes.
Pese a que la generación desde los abuelos, pasando por los que ahora son padres, fueron educados de esta manera, pues se tenía la idea errónea de educar con golpes, pero hoy existen otras medidas, “el miedo es una emoción que ahorita con esta ley debemos de ayudar a los padres a crear nuevas formas de comunicación, promover la gestión emocional de los padres e hijos, se caen en los golpes por los conocidos berrinches y más en público”.
Ruíz Castillo dijo que los padres deben de aprender a reconocer otro tipo de formas de educación, pues muchas veces los llamados “berrinches” hacen perder el control del enojo cayendo así en este tipo de actos “correctivos”.
Por ello, la también psicoterapeuta infantil recomendó a los padres que hacerle ver sus hijos los sentimientos del miedo y principalmente del enojo, reconocerlos y saber cómo canalizarlos en una forma que no sean actos erróneos en la vía pública pueden marcar diferencia.
“El pequeño no está aún en la competencia de conocer y controlar sus emociones, sino les damos apoyo entonces no lo podrán hacer y muchas veces cuando se vuelven intolerantes a la frustración es porque proviene de padres que les cuesta moderarse”.
¿Cuáles serían esas herramientas?, mediante dibujos pegados en la pared decirle que puede aplastar una botella, enseñarle la técnica de la respiración correcta, que patee un balón o bien que rompa un pedazo de plastilina de esta forma, se llega a canalizar el enojo y es así que baja el estrés de los padres por querer corregir a base de agresiones físicas.
Reconoció que muchas generaciones fueron educados de una forma no correcta pues aunque puedan ser buenos padres, esto les hace tener la misma enseñanza con sus hijos, pero hoy todo es diferente, “muchos adultos dicen se criaron con el golpe y que funcionó, si lo hizo pues son buenos padres, pero el problema es que de alguna forma lastima los sentimientos”.
Zaira Ruíz acotó que no tiene la menor duda que existen padres que educaron a sus hijos a base de agresiones, pues ellos así fueron creciendo, pero ahora esos niños tendrán miedo a crecer y educar de la misma forma, pero eso puede cambiar.