BOCA DEL RÍO, Ver.- La Selva de manglar que se encuentra en el Área Natural Protegida de Arroyo Moreno, en el municipio de Boca del Río, perdió alrededor de 60 hectáreas en los últimos 20 años y de manera acelerada podría perder una mayor extensión en el corto plazo, afirma el biólogo Carlos Butrón Valenzuela.
De acuerdo con el especialista, a inicios de los años 2000 el sitio contaba con una extensión de 180 hectáreas de mangle, área que se redujo a 120 hectáreas en los siguientes años por diversos factores causados por la acción humana.
Las descargas de aguas negras, los cambios de marea por construcciones en la línea de costa, el relleno hormiga en el lugar, la invasión de lotes y la edificación de residencias, son las principales amenazas en el sitio y que causan la pérdida de este ecosistema.
El biólogo señala que existe desinterés de algunas autoridades por trabajar para la conservación de dicha Área Natural Protegida, que es considerado uno de los últimos pulmones naturales que existen dentro de la zona conurbada Veracruz-Boca del Río.
“El manglar ayuda a disminuir la fuerza del viento con la arbolada que hay; segundo ayuda a evitar las inundaciones y tercero es una fuente de oxígeno, porque se tiene comprobado que los árboles de manglar procesan una gran cantidad de CO2, y generan mayor cantidad de oxígeno que otros árboles… y se están acabando”, relata.
El manglar de Arroyo Moreno se ubica en el estero que se forma en la bocana del río Jamapa, en la cabecera municipal de Boca del Río, algunos de sus brazos alcanzan parte del municipio de Medellín de Bravo.
Por sus aguas puede navegarse en canales que se forman entre los árboles de mangle, partiendo desde el muelle de pescadores que se encuentra en la Plaza Banderas de la cabecera municipal de Boca del Río.
ECOSISTEMA
En el recorrido por sus aguas, que con regularidad son apacibles, el color verde domina en el reflejo de la copa de los árboles. Especies de aves como la garza, el águila cara cara y el pato buzo pueden verse en ocasiones, dicen habitantes irregulares de esa área natural protegida.
Sin embargo, otros ejemplares que antes eran comunes como el oso hormiguero, las nutrias y hasta fauna acuática como cangrejo azul y el cuchimite, son visto con menor frecuencia o dejaron de ser avistados. Otros, como el manatí, hace más de 30 años dejó de vivir en estos manglares por la reducción de su hábitat.
Carlos Butrón afirma que la reducción del manglar no solo afecta a la flora del lugar, sino al mismo tiempo la reducción del ecosistema trae consigo la extinción de las especies en este reducto de la naturaleza.
“No nada más es la afectación hacía los árboles del manglar, sino a toda la fauna y flora que vive en los alrededores. Las especies que anteriormente se pescaban, como el camarón, la mojarra tenguayaca, el cuchimite que antes eran especies que se pescaban, ahora ya no se tienen”, narra el especialista.
Y es que los factores que han causado la pérdida de dicha extensión de mangle son propiciados o consentidos por las propias autoridades, que no dan protección que los obliga la Ley Federal sobre este sitio, mientras que los ayuntamientos han sido cómplices al autorizar permisos de construcción o permitir la invasión de viviendas irregulares.
INVASORES
Uno de los impactos más notorios se ubica en la porción norte del manglar, en la colindancia con la colonia Venustiano Carranza, en donde se han extendido invasiones irregulares de “paracaidistas”, sin que ninguna autoridad actúe.
Manuela Rivera Gutiérrez es una de las personas que de manera irregular vive a la orilla del manglar de Arroyo Moreno. En su relato afirma que existe una gran contaminación sobre la zona proveniente de otras colonias regulares.
Aunado a lo anterior, afirma que en años pasados ha existido consentimiento de autoridades por permitir que algunas personas habiten en el lugar, aunque en otros se ha desalojado para dar paso a otras construcciones.
Aunque tiene 10 años viviendo en el lugar, recuerda que la extensión del manglar y el Arroyo Moreno era mayor que la que actualmente existe.
“Años atrás el presidente que estaba agarró esta parte como basurero, por lo regular aquí se puede hacer un hoyo y se encuentra vidrio… El canal venía desde allá, pero como rellenaron esto se tapó”, dice.
Otro punto similar, son construcciones realizadas a menos de 20 metros de la línea de mangle en la zona conocida como La Tampiquera, en donde se han edificado vivienda para un mercado de alto valor, asegura el biólogo Butrón Valenzuela.
“Le han comido terreno al Área Natural Protegida de Arroyo Moreno, por el lado norte impacta la colonia Carranza, la Manantial, la Plan de Ayala, le ha comido terreno, incluso la administración pasada abrieron calles y los escurrimientos de aguas pluviales se metieron hacia el manglar, además de que se han metido colonias irregulares, impactando en alrededor de 10 hectáreas”.
“La administración pasada denunciamos el avistamiento de camiones del ayuntamiento tirando escombros en la zona protegida del manglar, esa es una tremenda problemática que existe en la zona”.
Las descargas de aguas negras de todas las colonias y fraccionamientos, así como los cambios de corrientes que existen por las construcciones, han causado que el propio mangle no se regenere de manera natural.
Al verse inundados de manera permanente y con descargas de aguas negras, se evita que las semillas de los árboles germinen sobre la tierra, por lo que el bosque cuenta con más árboles viejos que nuevos.
“Encontramos hoy en día ejemplares muy viejos, pero no encontramos plántulas de mangle nuevo, porque como siempre está inundado las semillas flotas y no se fijan en el suelo, si respetaran la dinámica de las corrientes bajas y altas este proceso que es natural se daría”.
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En ese sentido, alerta que existe una gran presión de la acción del hombre sobre el Área Natural Protegida que es la causa principal de su reducción, ya que las acciones que se generan en otros municipios como Medellín y Jamapa, terminan por impactar en este sitio.
“En el municipio de Jamapa y el municipio de Medellín, también ejercen una fuerte presión sobre el arroyo Moreno, en las orillas de la ciudad también hay visibles la construcción de departamentos de más de un millón de pesos y marca el reglamento que no debe de haber construcciones a menos de 20 metros de distancia y las construcciones están pegadas al manglar, lo que quiere decir que las autoridades les han permitido hacer esas construcciones y no hay regulación de Semarnat, Profepa, la Secretaría de Medio Ambiente, nadie hace nada”, condena el especialista en medioambiente.
Nota publicada en Diario de Xalapa