Xalapa, Ver.-La importancia de los estudiantes como fuerza de trabajo de los hospitales en México es un tema que debe ser analizado una vez que concluya la emergencia sanitaria de Covid-19, con el fin de generar protocolos específicos para este sector, asegura Domingo Vázquez Martínez, investigador del Instituto de Salud Pública de la Universidad Veracruzana (UV).
Señaló que aunque actualmente los internos, pasantes y residentes constituyen una tercera parte de la fuerza de trabajo de los hospitales y clínicas en el país, éstos no cuentan con el reconocimiento laboral dentro de estos espacios. “¿Hasta dónde un sistema de salud que está descansando sobre el trabajo de los estudiantes puede responder de manera idónea a una situación como ésta?”, cuestiona el investigador.
Explica que aunque los datos oficiales reconocen que la cuarta parte del personal médico son estudiantes, éstos cuentan con jornadas de trabajo de 80 horas a la semana, por lo que en total estarían asumiendo una tercera parte de la fuerza de laboral de clínicas, hospitales y centros de salud públicos. “Hay momentos en los que uno va a los hospitales, sobre todo en las noches, los fines de semana y días feriados, y lo único que van a encontrar son estudiantes”, dice.
Vázquez Martínez, quien también coordina el Observatorio de Educación Médica y Derechos Humanos de la UV, recordó que el sistema médico en México enfrentó una especie de “colapso” hace unos días debido a que las universidades tomaron la decisión de sacar a sus estudiantes de los hospitales para evitar contagios masivos.
De esta forma, expone, a partir del 17 de abril los universitarios de las carreras de medicina abandonaron sus centros de prácticas y regresaron a sus casas. “Se propuso que se salieran argumentando la propia seguridad de los estudiantes, que no tenían equipo de protección personal, que era probable que se contagiaran, que se enfermaran, que llevaran el virus a su casa y en este sentido se corría el riesgo de que sus familias se enfermaran”, dice el investigador.
Sin embargo, aunque para el médico lo argumentado por las universidades es “bastante fuerte y razonable”, el riesgo al que se exponían todos los los estudiantes cuya formación médica está por concluir era el mismo que comparten todos los trabajadores de salud, ya sean médicos, enfermeras, camilleros, trabajadores de ambulancias y personal de intendencia, quienes siguen en los hospitales atendiendo la emergencia.
Por ello, dijo, el regreso de los internos, residentes y pasantes a las unidades médicas desde este mes permite a los jóvenes seguir desarrollando su capacitación.
Y es que, explica el médico, quienes realizan su internado o su pasantía están cursando el penúltimo o último año de la carrera de medicina, por lo que se espera que sus competencias profesionales, entre las que se incluyen los conocimientos técnicos, actitudes, principios deontológicos y éticos de la profesión médica estén bastante desarrollados para el momento en el que se les vayan a exigir legalmente. “Por eso, el estudiante que diga que no quiere estar ahí o que piensa que no le toca estar en servicio o que quiere estar en su casa encerrado es que no tiene la vocación”, concluyó el investigador.