Amigos, compañeros, familiares y vecinos acudieron este martes, 23 de abril, a darle el último adiós al adolescente José Armando Guzmán Mendoza, de 14 años, quien falleció luego de varios años de padecer cáncer.
Muchos habían seguido su historia tras conocerse que, tras ocho años de quimioterapia contra la leucemia, tomó la decisión de dejar su tratamiento. Uno de sus últimos deseos, el de tener una fiesta de cumpleaños fue cumplido sin embargo, otro quedó pendiente: el asistir a un partido de su equipo de futbol, el Cruz Azul.
“Dios me lo dio y él se lo llevó”, expresó consternada su mamá Leonor Mendoza, quien pese a su dolor recibió cada uno de los pésames de quienes llegaban a su domicilio en la calle Saltillo, en la colonia Progreso, para mostrar su solidaridad con la familia del pequeño José Armando.
A las 8:30 de la mañana de este martes, el adolescente murió en su domicilio rodeado del cariño de su familia. Por la tarde, amigos y vecinos se acercaron al domicilio para apoyar y colocar una lonas y sillas en la calle, frente a su hogar para recibir a quienes acompañarían a su familia para velarlo.
Ahí en su patio se colocó un ataúd blanco, en el que se podían observar una pequeña colección de carritos, veladoras y dos playeras del equipo de sus amores. Una que colgaba en su féretro firmada por los jugadores del equipo de futbol.
En los dos costados del ataúd estaban las jaulas con seis pájaros que no dejaron de cantar. “Eran sus hijos, los amaba y no podía más colocarlos aquí para que lo acompañen en sus últimas horas en su hogar”, expresó su agotada y entristecida madre.
Sentada a un costado del féretro permaneció la madre, Leonor, quien amable pero una voz entrecortada y débil contestó cada una preguntas que le hacían quienes llegaban a acompañarla en su duelo.
"José Armando fue un luchador. Aunque pasó muchos sufrimientos con esta enfermedad siempre fue amable y soñador. Fue un guerrero que me deja mucho dolor, pero me quedo con su amor y positividad, porque siempre luchó”, dijo.
“Este dolor, ahora que se fue mi hijo nunca se me irá”, agregó. “Pero consuela saber que ya está descansando y ya no sufre”.
Leonor expresa que fue doloroso tener que aceptar la decisión de José Armando de dejar la quimioterapia, pero fue su elección tras ocho años de recibir tratamientos que le causaban mucho dolor. Reconoce que ella estaba consciente de que había que apoyarlo y seguir viviendo para que tuviera mejores días. “Y lo apoyé en su momento porque siempre juntos hasta el final”.
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En entrevista recuerda que aunque fue invitado por el Club Cruz Azul para acudir al Estadio Azteca a ver un partido “ya no pudo acudir, estaba muy débil y su condición física ya no lo permitió”.
Agradeció a todos los que apoyaron a su hijo y a su familia en todos estos momentos de gran dolor “y ahora estamos aquí para concederle su deseo de ser velado en su hogar para mañana ser cremado. Solo tenía 14 años y aún así resistió y luchó mucho tiempo contra la leucemia”.
Conforme pasaba la tarde comenzaron a llegar amigos y compañeros de escuela de José Armando.
Los vecinos de la colonia Progreso comenzaron a llegar poco a poco para acompañar en su dolor a la familia, que amable recibió a todos.
Atrás quedó la felicidad del día en que también llegaron para celebrar el cumpleaños 14, con la fiesta que era el deseo del menor sin embargo, para recordar ese día fue colgada tras su féretro una pequeña lona donde se podía apreciar a un José Armando feliz y sonriente con su pastel y velas encendidas.
La foto deja claro que, aunque sea por unos instantes, ese día se olvidó de la enfermedad que lo consumía.