“A nosotros, el sistema educativo nos falló, nos quedó a deber”, sostiene Karina Martínez Vera, quien tras siete años de ver vulnerados los derechos de su hijo Luis en una primaria pública por presentar síndrome de Down logró la reparación del daño a la familia ante actos de discriminación cometidos por dos profesoras.
En entrevista, puntualiza que el proceso penal llegó a su fin y la familia sienta un precedente en Veracruz en la lucha por el respeto a los derechos humanos. Sin embargo, ahora hace un exhorto al Gobierno del Estado para la reglamentación con carácter de urgente de la Ley 822.
Lamenta que a 10 años de existir aún no sea operable dicha ley para la integración de las personas con discapacidad. También expone la necesidad de crear el instituto estatal para la promoción y defensa de los derechos humanos de las personas con discapacidad.
“A nivel nacional ya hay entidades que cuentan con estos institutos, pero Veracruz se ha quedado rezagado”, declara, y adelanta que ya hay una solicitud de audiencia con el gobernador para poder hablar de la reglamentación pertinente.
Karina Martínez, quien es maestra en educación especial, celebra que cada vez se sumen más asociaciones y colectivos a la lucha contra la discriminación a las personas en situación de discapacidad y demás grupos vulnerables, pues el de su hijo, lamenta, no es un caso aislado.
Así, explica que para esta labor está acompañada de 25 asociaciones y el Instituto Mexicano de Investigación y Desarrollo Integral (IMDI), del cual es directora.
Aunque acepta es una encomienda difícil, una de sus misiones es lograr que ninguna familia experimente lo padecido por la suya.
Y es que Luis, hoy un joven fotógrafo de 19 años que se desempeña laboralmente, cuando estudiaba quinto año de primaria fue segregado y humillado por su maestra y la directora de la escuela, comparte Karina Martínez.
Detalla que su hijo fue diagnosticado con ansiedad y depresión derivadas de la situación de discriminación, tras lo cual inició un largo proceso para poder recuperar su autoestima.
“Luis era un niño amiguero, sincero, entusiasta, compartido y amoroso, pero de repente perdió el interés por ir a la escuela y empezó a decir ‘no puedo’”, recuerda, para luego compartir que Luis comenzó a somatizar su angustia y su ansiedad. También manifestaba tener dolor de estómago y de cabeza. Fue ahí cuando inició el recorrido por diversos especialistas.
SISTEMA EDUCATIVO
Tras su recuperación, narra, Luis cursó hasta segundo año de secundaria y al notar que no se lograban los objetivos académicos lo sacaron por completo del sistema educativo.
Fue en el IMIDI donde logró atención personalizada, aprendió a leer y escribir, formó parte del programa de fotografía digital y es uno de los primeros fotógrafos graduados.
“Las personas con síndrome de Down sí pueden salir adelante, sí pueden aprender, sí pueden participar plenamente en la sociedad y sí pueden contribuir al desarrollo social y económico del estado, pero requieren que verdaderamente creamos en ellos y que se abran las oportunidades”, manifestó la defensora de los derechos humanos.
Para lograr avances en el sistema educativo, Karina Martínez cree que a todos los docentes se les debe dar una formación integral, no solo una formación técnica pedagógica, sino una que tenga que ver con el desarrollo de habilidades socioemocionales, necesarias para poder interactuar de manera asertiva con otros seres humanos.
“Desde la formación, en los planes y programas de estudio de los docentes debería estar de manera transversal el desarrollo humano para que todos los egresados sepan metodologías y estrategias, y tengan una apertura y una disposición diferente, o más amplia, hacia la inclusión”, puntualiza.
AVANCES
La directora de IMIDI, además de rememorar un episodio de su vida que significó un parteaguas, informa que ya signó dos convenios de colaboración con dos despachos de abogados; la finalidad es brindar orientación y acompañamiento a aquellas familias que viven situaciones de discriminación educativa, lo cual, refiere, “representa una oportunidad y una luz de esperanza para que las cosas mejoren”.
Karina Martínez invita a la población e instituciones a que se sumen a esta causa para buscar promover el bienestar de los veracruzanos y fijar así un antecedente que repercuta en todo México.
“Hoy día, la sociedad civil organizada hace su parte y llama a las autoridades a hacer lo propio. Ya no estamos solos y nos mantendremos unidos y generaremos mayores alianzas con el fin de garantizar el respeto a los derechos humanos de todos los veracruzanos”, enfatizó.