Córdoba, Ver.- Cuando se tiene el don con se resalta y se busca salir adelante, para Gonzalo González, la música es su “matrimonio eterno” y esto es algo que ha tenido desde que recuerda sus primeros años de vida en compañía de su familia, aunque es originario de Córdoba, los primero 20 años de su vida los pasó en San Andrés Tuxtla, donde la pasión por la música nació en él, como el incremento por sus ganas de aprender.
Estudiando guitarra clásica, armonía para música popular y composición y arreglos para música popular, refiere desde joven tener el oído para la música, “en mi opinión si se tiene que estudiar no es algo que solo la inspiración te dé o el talento que vienen de nacimiento, hay reglas y teorías que no se deben de descuidar”.
Ser completamente músico ha sido difícil para él, aunque contó con el apoyo de sus papás para dedicarse a esto, sin ponerle condiciones a una carrera profesional.
A los 22 años volvió a su tierra cordobesa, fue gracias a un concurso de talentos similar al de la Voz México que en 1997 se llamaba Valores Juveniles que fueron a participar y allí cambiaron el nombre a “Trinidad”, pero ¿por qué ocurrió esto?, el músico acotó que fue porque un año antes había participado un conjunto llamado como ellos y para evitar confusión les hicieron dicha sugerencia, “trinidad es un nombre fuerte, que al principio no tenía mucho significado, ahora es el principio, el fin y el camino que los une, eso para mí tiene un significado”.
TRINIDAD EN TIEMPOS DE CORONAVIRUS
Optando por hacer cosas nuevas, fue que decidieron sentarse y volver a sacar a sus dos primeros bebés musicales, “apostamos nuestra música original y la rehicimos para poder de alguna forma vivir de vender la música y cuando la gente lo desee nos apoye, pero si no cambiamos las formas será difícil entender la nueva forma de vida que nos espera luego de la pandemia”.
Gonzalo “Chalo” Gonzales, dijo que no solo el sector musical se vio afectado, sino otros sectores que se “están durmiendo en sus laureles” pues pensaban que todos los días era levantarse, desayunar, trabajar, ensayar y luego dormir, pues ahora con el Coronavirus, muchos grupos musicales, cantantes y conjuntos han tomado a las redes sociales y plataformas digitales como su nuevo escenario.
“Pasaron muchos años donde hicimos lo mismo y no pasaba nada y no se trascendía, como artistas debemos de buscarlo con base a nuestro trabajo artístico, qué caso tiene que seamos reconocidos, sino dejaremos algo para la posteridad, llegará el momento en que no pueda tocar una guitarra porque no me la aguante”.
Cambiando la forma de pensar y no poder tocar ahora en bares, esperan que en esta nueva normalidad poder cobrar por tener una presentación íntima a través de las plataformas como el streaming de Facebook.
“Me atrevo a decir que nos a traigo cosas buenas y no tanto malas esta pandemia, pero algunas es que no hemos generado el recursos que ganábamos y eso nos pone tristes porque es inevitable ya que no es cuestión de que nos ‘metan el pie’, sino que son contingencias de salud que hay que acatar, pero no nos podemos detener, nos vamos a trasformar para salir adelante”.
Actualmente, Juan Manuel Valiente, Luis “Cachita” Gonzales y él, forman el Grupo trinidad y están agradecidos con lo que hasta ahora han vivido, saliendo de lo malo como la pandemia del Coronavirus que les ha cerrado las puerta de los lugares donde laboraban, esperan pronto poner sus pies, instrumentos, música, alma y pasión en un escenario. “¡Consuman Trinidad, aliméntese bien!”.
Músicos sobreviven como Dios da a entender
Orizaba, Ver.- Con más de 35 años dedicados a la música, por gusto aunque también por necesidad, Jesús García Nieto, “el Jarocho”, integrante del trío Los Clásicos afronta, como sus compañeros una etapa difícil a consecuencia de la pandemia por el virus Sars CoV-2 que desde hace cinco meses los dejó sin la posibilidad de obtener recursos económicos para el sostenimiento de su familia.
Su vida y trayectoria musical que transcurría con normalidad, quedó suspendida en marzo, cuando derivado de la contingencia sanitaria que se presentó, se suspendieron las fiestas y reuniones, que son el fuerte de los músicos.
Ahora, señala, ya no hay grandes fiestas y por tanto tampoco la misma cantidad de trabajo. El trio, apunta, hasta antes de la contingencia ganaba hasta 3 mil pesos en tres horas de trabajo en una sola reunión; lo que les permitía salir adelante, sobre todo cuando tenían dos o más programadas en la semana.
A cinco meses de ese entonces, el panorama es muy diferente pues, aunque sí los contratan para pequeñas celebraciones, en las que hay como máximo 10 personas, el pago ya no es el mismo, disminuyó, porque la economía de las familias tampoco es la misma.
“Hay familias que nos contratan para cantar a la mamá en su cumpleaños, ya no son las grandes fiestas, ahora son con pocas personas y son reuniones cortas, por eso tampoco el pago es igual”, señala.
Recuerda que a los 12años comenzó su incursión en la música, es autodidacta. Aprendió a tocar la guitarra, instrumento que lo atrajo desde pequeño. Conservó esa afición en su juventud que compartía con familiares y amistades y comenzó a tocar y cantar enfiestas hace 35 años.
Ya en la edad adulta, al no encontrar trabajo tan fácilmente por la edad, tomó la guitarra de lleno y buscó la opción en la música para sostener a su familia, logrando consolidarse con su trio en el gusto de la gente que los contrataba para amenizar sus fiestas y reuniones. “Gracias a ello le di profesión a mis hijos”, señala.
Anécdotas a lo largo de su trayectoria ha tenido muchas pues por la música que interpreta fue invitado a amenizar fiestas que organizaban, en la Ciudad de México, para grupos musicales de la talla de INXS, Coldplay y Pearl Jam.
Pese a la situación que ahora afrontan y que para algunos ha sido mucho más complicada, Chucho mantiene el buen ánimo y la esperanza de que cuando pase lo más difícil de la pandemia,la situación para ese sector, que en la zona Centro aglutina a por lo menos mil 500 músicos de todos los géneros, mejore y poco a poco recuperen su economía.
Se piensa en comer, no en bailar: Súper Caracoles
Roberto Contreras López (La Sombra), integrante de Los Súper Caracoles, habló para Diario de Xalapa de la difícil situación que el grupo atraviesa, ya que los pocos ahorros se fueron en pago de salarios, así como en el pago de impuestos a la Secretaría de Hacienda, que no dio prórrogas, sólo la facilidad de pagar en mensualidades. Su teléfono sólo ha sonado en contadas ocasiones para saber cuánto costaría su show el próximo año, información que no puede dar, pues considera que quizá tendrían que bajar sus costos hasta en 50% porque “la gente piensa en comer, no en pagar su entrada a un baile”.
Este año el grupo veracruzano Los Súper Caracoles cumple 45 años de trayectoria, aniversario que celebraría en su natal Rinconada con un baile popular sin costo; hoy su llamado a la población es a seguirse cuidando, a no salir y asegurar a los mexicanos que podemos salir de ésta, como lo hemos hecho luego de devaluaciones, terremotos y huracanes. En entrevista telefónica el músico, que a su vez administra y representa a la agrupación, dijo que se pudo pagar seis quincenas a sus 15 integrantes, pero al prolongarse la pandemia cada uno de ellos sobrevive con sus propios recursos. “Algunos han salido a la calle a pedir apoyo”, pero él junto con su familia vende hamburguesas, hotdogs, capuchinos y demás en su casa en esta ciudad.
A través de la melodía “Aguanta”, de Clemente Contreras, mejor conocido como “Caballo loco”, quien inició en 1978 a componer la música original del grupo integrado por los hermanos Contreras López, trata de dar aliento a la gente e invita a olvidar rencores, a hacernos uno con el hermano, con el vecino.
La promoción de la melodía “Es viernes y el cuerpo lo sabe” se quedó inconclusa y tienen ya dos canciones más, que asegura serán un “trancazo”, pero en este momento no las pueden mover porque colocar una canción en el gusto del público no es gratis, se tiene que invertir mucho dinero.
Sin embargo, no han dejado de trabajar, cada uno en su casa, han compuesto pequeñas cosas, que le envían a “Caballo loco”, quien junto con sus hijos las edita y sube a las plataformas musicales.
“Lo difícil no es llegar sino mantenerse en el gusto del público”, lo que Los Súper Caracoles ha logrado gracias a su trabajo, constancia y música original, sin covers, de Clemente, quien tiene por lo menos 600 canciones, cuando en 1978 inició con tres, recordó “La Sombra”, al puntualizar que como la gran mayoría de los músicos se la están viendo difícil porque no tienen seguridad social, ahorros ni previeron una situación como las que se atraviesa debido al Covid-19.
Explicó que tendrían que trabajar en 30 bailes, con alrededor de mil entradas, de a 150 o 200 pesos para consolidar un tema en el gusto del público, lo cual es impensable en este momento, ya que en “la nueva normalidad” quizá tendrían que trabajar con sólo 300 entradas.
"No hay ingresos desde marzo", reiteró, y sólo ha recibido tres llamadas para que toquen el próximo año, razón por la cual prevé que sus costos tendrían que bajar hasta en 50%, con todas sus consecuencias.
Mientras tanto tuvo que buscar una alternativa para llevar el pan a su familia y encontró en la comida una alternativa noble que le ha dado para comer y cubrir los gastos de su casa, ya que se rehusa a pedir algo regalado al gobierno.
Vaticinó que vienen tiempos buenos y que saldrá adelante quien sepa leer los tiempos. Para Los Súper Caracoles vienen cosas muy buenas, ya que tienen en espera un par de canciones y que sólo están a la espera de mejores tiempos para su lanzamiento.
Con información de Mayra Figueiras Hernández y Celia Gayosso