La fiesta en honor a San Rafael Guízar y Valencia estuvo rodeada de historias de amor, fe y devoción de fieles que acudieron rendidos y agradecidos por todo lo que han recibido del V obispo de Veracruz que fue canonizado en octubre de 2006 por el Papa Benedicto XVI.
El milagro por el que fue beatificado consistió en que “una mujer estéril genéticamente concibió un hijo gracias a su intercesión”, historias similares siguen haciendo crecer la fe en monseñor.
Ayer, Karla Ivania Jerónimo de 29 años, llegó de Jilotepec por tercer año consecutivo con su pequeña hija Ivania Quetzalli a visitar la tumba de San Rafael Guízar Valencia en la Catedral de Xalapa porque luego de perder a dos bebés, pudo ser madre, asegura, gracias a la intercesión de monseñor. “Venimos porque es una manda, le pedimos que, si nos podíamos embarazar, ya que yo he perdido dos bebés, se la íbamos a traer cada año y este es su tercer año”.
Tuvo un primer embarazo a los 19 años que no se logró, después un aborto y finalmente, tras 8 años pudo concebir; ayer, acompañada por su madre quien cargaba a su pequeña hija a quien visten como San Rafael acudió a darle gracias.
“Venimos en una ocasión a misa y estaba el difunto arzobispo (Hipólito Reyes Larios), a él le pedimos que si podía interceder por nosotros y él nos dijo que el patrón estaba acá afuera, venimos con él y como a los tres o cuatro meses quedé embarazada, aquí bautizamos a mi beba, y cada año tratamos de traerla”. Provenientes de Las Vigas, Míriam y Luis Hernández fueron como cada año a visitar la tumba de San Rafael Guízar luego de que les hiciera un milagro con su pequeño hijo Iker, dicen.
Nos realizó un milagro con él y por eso somos devotos de él, ya lo éramos, pero cuando necesitábamos nos ayudó y nos hicimos más devotos
Iker Yael tiene 3 años, de bebé requería una operación por ser un “niño píloro”, recuerda su madre, “pero le pedimos el milagro y gracias a él no nos lo operaron”.
En la estenosis pilórica, los músculos del píloro se engruesan. Esto impide que el estómago se vacíe en el intestino delgado; “significa que su esófago no abre y cierra y tiempo y forma cuando él amamantaba, decían que no había medicamento, que se necesitaba una operación a la tercera semana de que él nació”.
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Aunque al inicio les dijeron que solo se curaría con la cirugía, tras pedirle a San Rafael y llevarlo a realizar algunos estudios nuevamente, le dijeron que “sólo tenía su píloro inmaduro, que le faltaba madurar. Nosotros lo venimos a visitar y por eso le hicimos la manda de traerlo vestido”, desde entonces cada año lo llevan vestido de San Rafael a la Catedral de Xalapa. Don Juan acudió por primera vez a visitar a San Rafael proveniente de Sierra de Agua su petición es que le conceda salud.
“Le vengo a pedir salud y que esté uno bien de esto que está pasando con la enfermedad de Covid y que nos dé buena salud. El católico siempre cree en San Rafael y hoy vengo con mi esposa a su tumba porque somos creyentes”. Rafaela tiene 59 años, asegura que está viva gracias a San Rafael; su madre Irenia, le platicó que tuvo nueve embarazos, pero ningún bebé sobrevivió, le pidió a monseñor por su vida y ahora solo le queda dar gracias.
“Yo le vengo a dar las gracias porque de hecho por su intercesión es que hoy estoy aquí, yo actualmente vivo en Xalapa, pero soy del municipio de Actopan. Mi mamá tuvo nueve embarazos y todos los niños fallecían y ella le pidió a San Rafael por el embarazo que tenía en ese momento y por eso nací yo y aquí estoy, me llamo Rafaela”. Su madre le platicó siempre de San Rafael y del milagro que le hizo, ahora a sus 59 años, ella acude en su fiesta el 24 de octubre de manera especial, pero también cada que puede agradecer por su nacimiento.