TLALNELHUAYOCAN, Ver.- El dolor, la impotencia y la desesperación invaden a familiares de la pequeña Karla, quien murió sepultada al desgajarse un cerro sobre su vivienda de la colonia Ejidal la tarde del domingo.
Con tristeza relatan cómo de manera repentina una avalancha de lodo, piedra y escombro cayó sobre su casa para sepultarla parcialmente y dejar atrapada a la pequeña que perdió la vida.
Indignada, Deyanira, prima de la menor, sostiene que hace 15 días acudió al Ayuntamiento de Tlalnelhuayocan para pedir apoyo. "Poco antes el cerro comenzó a deslavarse e inundar con escombros la vivienda y ahora ya es demasiado tarde", dijo.
Justino y Teresa, padres de la pequeña, no dan crédito a lo ocurrido y prefieren guardar silencio, aunque sus rostros difícilmente pueden ocultar sus sentimientos.
Con lágrimas en los ojos y un nudo en la garganta culpó a las autoridades locales de la tragedia, que asegura pudo haberse evitado.
También exhibió algunas fotografías donde se aprecian los primeros deslaves que fueron en aumento ante lo que considera una negligencia de parte del Ayuntamiento.
El cuerpo de la pequeña es velado en la calle jacarandas de la colonia Chapultepec, del lado xalapeño, donde se reunieron amistades y vecinos para unirse al dolor de la familia que perdió a uno de sus cuatro hijos, además de que un bebé viene en camino.
La familia damnificada, de escasos recursos, se quedó sin un lugar para vivir; vecinos le darán albergue durante algunos días y los apoyaron para rescatar las pocas pertenencias que quedaron en su hogar tras el siniestro.
Karla dejó un gran vacío y mucho dolor
Karla era una niña muy alegre y buena. Con su partida dejó un profundo dolor en los corazones de sus padres, hermanos y seres queridos, que difícilmente podrá sanar.
También era muy tierna y amorosa. Cada vez que su mamá o su padre salían de casa les daba la bendición y los esperaba con mucho amor, recordó su prima Deyanira.
Su deceso ha dejado marcada la vida de sus seres queridos, quienes aún no aceptan que haya tenido que marcharse a su corta edad y de una forma tan dramática.
La menor dejó tres hermanos de 21, 19 y 12 años, además de que no conocerá al último de ellos, que está por nacer.
La pequeña también le echaba muchas ganas a la escuela, pues aunque aún no tenía definido qué quería ser de grande, le gustaba cumplir con las tareas y ayudaba en las labores del hogar.
Alrededor de las 12:30 horas de ayer llegó la carroza con su cadáver a una vivienda de la calle Jacarandas, de la colonia Lomas de Chapultepec, donde será velado.
Al ver bajar el pequeño ataúd con adornos blancos que llevaba su cuerpo, los rostros de los presentes cambiaron, además de que hubo quienes no pudieron contener el llanto.
El día de la tragedia la niña disfrutaba de un domingo familiar en su hogar, donde de pronto fue sepultada por una avalancha de lodo, que además destruyó gran parte de la casa. Su cuerpo será sepultado en el panteón de Tlalnelhuayocan.
Colonia de alto riesgo
La colonia tiene poco más de 10 años de haberse creado y durante todo ese tiempo se mantuvo en penumbras y con falta de agua, pues de acuerdo con los vecinos apenas hace dos meses les instalaron la red de energía eléctrica y no tiene más de dos años que les colocaron la red de agua potable.
Durante la temporada de calor era insoportable, dijo Julieta, porque además de tener que sufrir la sequía era necesario bajar por caminos y veredas accidentadas para abastecerse en colonias xalapeñas, como la Plan de Ayala y la Veracruz.
Durante todo ese tiempo hubo familias que se alumbraban con lámparas o veladoras, aunque algunas "se colgaron" de cableados eléctricos de la colonia Veracruz para atravesar cables por varios metros con tal de llevar la luz a sus hogares.
La mayoría de las calles carecen de nomenclatura y todas son de difícil acceso; están repletas de barro, lodo y piedra, que impiden caminar con libertad y dificultan el paso de vehículos.
La colonia se encuentra "en el mero cerro", según vecinos, quienes coinciden en que han pedido el apoyo del Ayuntamiento de Tlalnelhuayocan para al menos tener banquetas y drenaje.
En la zona sólo hay un jardín de niños, integrado apenas con un salón improvisado y un baño, además de que está repleto de maleza, rocas y barro.
El plantel el año pasado terminó solamente con una generación de cuatro pequeños y en este nuevo ciclo escolar no se encuentra activo ante la falta de niños.