Médicos murieron por Covid, pero están presentes por su trabajo

Este Día de los Fieles Difuntos lo recuerdan, sí con ofrendas, pero sobre todo a través de sus actos

Mayra Figueiras | El Sol de Orizaba

  · martes 2 de noviembre de 2021

A Raúl Vera Aguilar lo recuerdan con las tradicionales ofrendas / Foto: Cortesía | Familia

Río Blanco, Ver.- A más de un año de su partida física, el ejemplo y recuerdo del doctor Raúl Vera Aguilar sigue vivo en su familia, sus amigos y la comunidad. Este Día de los Fieles Difuntos lo recuerdan, sí con ofrendas, pero sobre todo a través de sus actos.

Sus hijos, Raúl, Pedro y Linda recuerdan que este es el segundo noviembre que pasan sin su padre. El primero fue sumamente doloroso, ya que estaba muy reciente su partida, pero, a pesar de eso decidieron hacer lo que a él le habría gustado: una gran ofrenda en su lugar de trabajo, donde lo podrían visitar y recordar.

A Raúl Vera Aguilar lo recuerdan con las tradicionales ofrendas / Foto: Cortesía | Familia

En esta ocasión, la mejor forma que encontraron para recordarlo es a través de los actos. “En primer lugar, estando más juntos como familia y trabajando en pos de un mejor Río Blanco, que es lo que más le preocupaba”, dicen.

Lo recuerdan con las tradicionales ofrendas. La primera de ellas dispuesta en su consultorio, su lugar de trabajo, que como el año pasado será un espacio inmejorable para que sus amigos y familiares lo recuerden y pasen a celebrar su vida.

La segunda de ellas en el Bachillerato Instituto Patria, que fue su último gran proyecto, porque, ocupado como pocos en el mejoramiento de Río Blanco, siempre pensó que la educación y la salud son el camino más seguro al progreso.

“A manera más personal y en el interior de nuestro hogar, donde descansan sus cenizas, nos acompañaremos para seguir nuestras tradiciones y celebrar la vida y el recuerdo de aquellos que nos formaron y que a través de sus enseñanzas nos han hecho mejores”, dicen.

ANÉCDOTA

En estos días difíciles para todos, relatan que les ayuda mucho recordar los días de infancia cuando su padre, ejerciendo su paternidad, les mostraba el mundo y los preparaba para él.

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“Aquellas mañanas de fin de semana en las que compartíamos caminatas por los cerros de Río Blanco y Nogales, a mi papá le era muy dado enseñarnos a través de cuentos o canciones. Una de sus preferidas era un poema de Rudyard Kipling, el cual, musicalizado de forma marcial, y que aprendió en sus días en la escuela Médico Militar, nos ayudaba a llegar hasta el final del camino”.

El poema dice así:

Cuando vayan mal las cosas

como a veces suelen ir

cuando ofrezca tu camino

solo cuestas que subir

cuando tengas poco haber

y mucho que pagar

es preciso sonreír,

aun teniendo que llorar

cuando ya el dolor te agobie

y no puedas ya subir

descansar acaso debes,

pero nunca desistir

Esas enseñanzas, ese canto y ese ánimo por seguir adelante es lo que recuerdan en momentos difíciles como los que viven sin su presencia, pero recitando ese poema sienten que aún está con ellos.

FUE MÉDICO DEDICADO, EXALCALDE COMPROMETIDO Y LUCHADOR SOCIAL

Oscar Paz Serrano, amigo de la familia, expresa que a dos años de distancia que partiera el urgenciólogo del hospital del IMSS de Orizaba y ex alcalde de Río Blanco, entre los habitantes de Río Blanco y la comunidad médica de la zona centro de Veracruz quedó un gran vacío.


“Fuimos compañeros de grandes batallas y largas jornadas: jugamos juntos la primera campaña política y perdimos. Al día siguiente ya estaba de vuelta en su consultorio atendiendo a sus pacientes, que siempre le buscaron porque en él encontraron siempre una mano amiga”, agrega el entrevistado.

“Con la ofrenda honramos a un hombre de empuje, dinamismo, fortaleza, gusto por la poesía y de instrucción militar, siempre guardó gran respeto a los símbolos patrios”, así lo retrata Joaquín Tapia González, exregidor.

Comenta que la administración municipal 2008-2010 que encabezó el doctor Raúl Vera en Río Blanco, tras obtener el mayor número de votos que ha obtenido un candidato del PRI a la alcaldía de Río Blanco, quedó en la historia del municipio.

Durante su gestión logró rescatar y comprar el ex sindicato de trabajadores de la ex fábrica Río Blanco, para convertirlo en lo que hoy es el Palacio Municipal, además de que fue gestor y trabajó en el proyecto ejecutivo para la construcción del paso a desnivel Vicente Guerrero.

"Fue un luchador social. Impulsó, por medio de la promotora Veracruzana de Educación y Cultura, que los niños y juventud de Río Blanco se instruyeran académicamente para sacar del rezago a la población del lugar que es la Cuna del Movimiento Obrero Nacional”, revela la profesora, Xochilt Lozada Samaniego.


Como médico, alzó la voz en asambleas de la Sección IV del Sindicato Nacional de Trabajadores del Seguro Social para exigir a directivos de la Delegación Sur que dotasen de insumos al personal de la primera línea de batalla contra el Covid-19 en el Hospital General Regional (HGR).

Durante la pandemia, ofreció consultas particulares y en el área de Urgencias del Hospital del IMSS Orizaba, se contagió y enfermó, tras varios días de permanecer en el área de terapia intensiva, a pesar de que sus compañeros intentaron salvarle la vida, perdió la batalla.

Este Día de los Fieles Difuntos, su familia y amigos lo recuerdan como el médico, padre de familia, abuelo, hijo, hermano, tío, suegro, cuñado, padrino y líder.

El 24 de agosto del 2020 celebraron su cabo de año y construyeron una capilla, donde guardan sus cenizas. Ahí, su esposa María Cristina Muñoz Pinzón, sus hijos Raúl, Pedro y Linda; sus hermanos José Luis, Miguel Ángel, Laura, así como su mamá doña Anita Aguilar, lo recuerdan con amor y gratitud por la obra que dejó, por lograr hacer un mundo mejor que como lo encontró, y es así como lo perpetuarán.

Alfredo Camacho Perlstein continúa en la memoria de sus colegas y familiares

Suena el nombre de Alfredo Camacho Perlstein en el sector salud y surgen los recuerdos compartidos con quien fuera en sus últimos días el coordinador del área privada del Centro de Alta Especialidad “Dr. Rafael Lucio”, así como estar por cumplir 45 años de servicio en la Secretaría de Salud de Veracruz.


Tenerlo presente a un año dos meses de su partida por Covid-19 tiene que ver con que era un apasionado de su profesión, docente comprometido en la Universidad Veracruzana pero también un gran ser humano, coinciden sus colegas.

Dolores Colorado Nava, su viuda, no solo confirma lo dicho, lo rememora como esposo ejemplar y amoroso padre. Además del afecto y respeto ganado al interior de su familia, es descrito como un cultivador de amistades, excelente anfitrión y organizador de días inolvidables de bohemia.

“Era muy hogareño, pero cuando salíamos, siempre le decía que era como el rey del carnaval, porque todos lo saludaban o tenían que ver con él. Muy conocido en todo el estado porque a veces daba conferencias y recorría los hospitales de norte a sur”, rememora.

De acuerdo con información de su compañera de vida, quien también forma parte del sector salud, el doctor Camacho nació en el municipio de Tuxpan. Siempre inquieto, practicaba desde corta edad el fisicoculturismo y era afecto a los deportes, a la lectura de diferentes temas y a tocar la guitarra.

Graduado como médico cirujano, hizo maestría en Salud Pública y distintos estudios de postgrado en universidades de México y Texas. En general, “era una persona muy culta”.

Cuando el doctor falleció, en agosto de 2020, contaba con 68 años de edad y era una persona feliz, generosa y convertida al cristianismo. Sin embargo, Dolores Colorado dice que así como se puede hablar maravillas del doctor, es una realidad que su vida tuvo un cambio cuando conoció a Dios.

En un primer matrimonio de 25 años se mantuvo entregado a sus puestos de funcionario y asesor. Él mismo decía que sus hijos Alfredo y María René Camacho Morales lo veían como un gendarme, manifiesta.

“Quienes lo conocieron saben que tuvo un cambio para bien hacia la segunda etapa de su vida. El que conociera a Cristo fue de gran bendición para nuestra familia porque nuestras hijas Paola y Paulette, de 14 años, y Alfredo, de 20, disfrutamos a una persona entregada y comprometida”.


Queda así para la posteridad el legado de quien desempeñó gran cantidad de cargos, además de tener el mérito de ser uno de los fundadores del Centro de Alta Especialidad y médico especialista adscrito al Consejo Estatal de Trasplantes.

Quedan también las anécdotas en el ámbito laboral y las de fiestas en su casa, un lugar al que dedicó empeño para mantener como un sitio de paz y armonía al que llegaban muchas personas.

“Como anfitrión cuidaba hasta el último detalle y eso le hacía también acrecentar cada vez más sus amistades. Incluso llegó a tocar con el guitarrista Alfonso Moreno en la celebración del 10 de mayo de 2019… Y sí, duele, aflige su partida, pero nosotros que somos cristianos celebramos que su alma haya sido salva”, dice finalmente Dolores, el nombre que también identifica a la finca de la familia Camacho Colorado.

Con información de Maribel Sánchez | Diario de Xalapa