Xalapa, Ver.- ¿Qué relación hay entre la hoja de acuyo que utilizamos para nuestros platillos y un murciélago que dormita todo el día en una cueva lejos de la ciudad? En que este pequeño mamífero es un gran dispersor de semillas, lo que garantiza que diversas plantas sigan existiendo.
Aunque pudiera pensarse que los murciélagos tienen mala fama, en realidad están ligados a la historia y cosmovisión de muchas culturas, incluida la mexicana.
Portadores de buenas noticias, ligados a la sexualidad o la fertilidad, pero también con la muerte, los murciélagos en realidad cumplen una función primordial en el ecosistema y tienen una vida social y emocional compleja que es objeto de observación.
Antonio Guillén-Serret, investigador de la Red de biología y conservación de invertebrados del Inecol y experto en murciélagos, nos dice que si bien cuando pensamos en estos animales solemos ligarlos a los vampiros, es decir, aquellos que se alimentan de sangre, existen otros tipos, como los nectarívoros, que se alimentan del néctar de flores nocturnas; al acudir a ellas, los murciélagos ayudan a su polinización y por tanto a su conservación.
También están los insectívoros, quienes prestan un gran servicio en los cultivos, pues comen insectos que pueden considerarse plagas, evitando así pérdidas a los campesinos.
Guillén-Serret apunta que los murciélagos son interesantes y vitales en muchos sentidos, y que se ven afectados principalmente por el cierre de cuevas que son su hogar y por la mancha urbana, que quita pedazos de bosques, sobre todo al construir carreteras, pues se interrumpe el camino que utilizan para trasladarse de sus hogares a donde se alimentan.
Además, el investigador lamenta que haya poco interés de autoridades y sociedad en general por su conservación, lo cual, agrega, se debe al desconocimiento de lo que este mamífero representa para la vida, no sólo a gran escala, sino en cosas cotidianas.
Ejemplifica que cuando se dice que el murciélago ayuda a la polinización o como dispersor de semillas, significa la disponibilidad de plantas y frutos tanto para nuestro consumo como humanos como para muchas otras especies. Guillén-Serret indica que todo está conectado, y urge tomar consciencia de ello.
“Es difícil a veces conectar nuestra forma de actuar en el sistema y el impacto que genera; pero todo está conectado, solo que no nos damos cuenta que, por ejemplo, el murciélago se come la fruta, dispersa la semilla y entonces cuando voy al mercado y puedo comprarla para usarla en un platillo… es natural no darnos cuenta de esas conexiones hasta que nos las hacen patente; pero es necesario”, señala.
Pero, además, estos animales son un pilar fundamental para la existencia de todo un ecosistema que habita en las cuevas, pues gracias a que ellos viven allí, otros seres vivos pueden subsistir, por lo que exterminar a los murciélagos sería condenar a la extinción a muchas otras especies.