Córdoba, Ver.- Católicos acuden a la Catedral de la Inmaculada Concepción para participar del ritual de Miércoles de Ceniza, lo que significa el comienzo de la cuaresma, previo a la Semana Santa, ni el aire, ni la Catedral cerrada les impidió formarse portando cubrebocas y respetando la sana distancia para participar de este día santo.
¿Sabías que? Para la ceremonia de la unción de ceniza estas se obtienen de los restos de palma vendida del Domingo de ramos del año anterior, así como de estampas religiosas y libros viejos, estas se rocían con agua vendida y luego se aromatizan con incienso.
En Córdoba, la eucaristía oficiada por el sacerdote Domingo Medina dio inicio al mediodía y aquellos feligreses que llegaron tarde desafortunadamente ya no pudieron ingresar al templo, sin embargo eso no los frenó y buscando un poco de sombra entre los grandes pilares de la iglesia o de palmeras del atrio esperaron pacientes aproximadamente 40 minutos en lo que la celebración eclesiástica finalizó.
Cabe hacer mención que al menos en la Catedral de la Inmaculada Concepción fueron 3 celebraciones, la primera a las 8 de la mañana oficiada por el Obispo Eduardo Carmona, la segunda y tercera fue celebrada por el padre Domingo a las 10 de la mañana y mediodía.
En cada misa, las puertas de la Catedral se cerraban cuando la afluencia de gente permitida había llegado a su límite y para evitar aglomeraciones, los feligreses esperaban fuera.
Ya sea con su celular, tomando un helado por el calor que llegó a sentirse, o simplemente esperando pacientemente a que las puertas café con dorado de la Iglesia abrieran para que el Padre o el Ministro salieran a dar ceniza a quienes ya no lograron oír la misa fue como el tiempo corrió.
Muchos de quienes esperaron pacientemente eran adultos mayores que con su cubrebocas y careta tomaron distancia en el atrio del templo católico cuando las grandes puertas se abrieron y poco a poco el Padre iba caminando hacía el lugar para dejar caer la ceniza que venía dentro de un recipiente transparente que dejaba ver el color gris de esta tradicional unción previa a la Semana Santa.
Pese a que la región despertó con una surada con rachas de viento que alcanzaban los 60 a 80 kilómetros por hora, esto no impidió que los feligreses salieran de sus casas con las medidas de sanidad necesarias, pues su fe y peticiones son más grandes y fuertes que las rachas de viento.
Aunque en Córdoba los vientos no fueron muy fuertes, cuando el padre Domingo dejaba caer la ceniza sobre la cabeza de cada persona, se lograba apreciar como el aire lograba esparcir esto mismo llegando al punto de que quien recibía el polvo santo mejor cerraba los ojos.
Poco a poco las personas en el atrio iban caminando rumbo a la salida, pues su objetivo de recibir la ceniza había sido cumplido, al final el Padre Domingo regresó a la iglesia donde continuó con esta actividad en aquellas personas que se quedaron en la iglesia rezando.
Esta misma dinámica de unción de ceniza se llevo a cabo en las diversas iglesias.