Cerca de un centenar de personas se reúnen frente a un altar plateado. En el centro, hay una estatua de la Muerte a escala real ataviada con un vestido de fiesta color turquesa. La figura lleva una hoz en una mano y una réplica de la tierra en la otra. A unos metros del altar, un pastel de betún blanco y rosa dispuesto en varios pisos anuncia la celebración: es la fiesta anual a la Santa Muerte.
Un par de horas antes de la medianoche, un mariachi arriba al lugar y entona las tradicionales Mañanitas que son coreadas por niños, jóvenes y adultos que comparten el culto a la "Niña Blanca" y que tienen en el 31 de octubre la fecha más importante de su fe.
La casa en la que se lleva a cabo el festejo es el hogar de la sierva de la Santa Muerte y de su esposo, Jorge Francisco Alegría Blas, hijo de luz de la Santa Muerte. Este sitio mantiene el récord del santuario con más imágenes en el país.
Antes de que la fiesta comience en la vivienda en la que no hay un sólo espacio sin un cuadro o réplica de la muerte, Alegría Blas explica que el culto es una tradición milenaria en México y que desde hace varias décadas tiene un arraigo importante en Xalapa. "En Xalapa, tiene desde el siglo pasado (...) somos muchos y cada día va creciendo más y más esta comunidad", señala el ingeniero de profesión en cuya casa se encuentra establecido el santuario.
Conforme pasa la noche, siguen llegando fieles. Casi todos portan dijes de su santa elaborados en diferentes materiales.
En medio de la fiesta que se ameniza con "El Noa Noa" de Juan Gabriel, el entrevistado advierte que, a diferencia de lo que se cree, la Santa Muerte no es vengativa ni concede nada malo que se le pida. Por el contrario, explica, que fue creada por Dios como un ser de luz y concede sólo cosas buenas a quienes la adoran. "No se le puede pedir nada malo, ella concede sólo todo lo bueno porque es un ser de luz, un ser blanco".
Aunque en ese espacio todos cantan y bailan animados y entusiastas, afuera, en las calles, quienes comparten el culto a la muerte comparten también la discriminación, el estigma y las agresiones verbales por parte de personas que asocian a la Santa Muerte con la maldad y lo oscuro.
"Nosotros respetamos todas las religiones y pensamientos, pero a nosotros nos agreden mucho. Aunque esa es otra cosa, a nosotros la Santa Muerte nos pide no contestarles y hasta ahorita las agresiones sólo han sido verbales porque no respondemos a las agresiones", explica el hijo de luz de la Santa Muerte.
Tras el rezo del rosario, los presentes parten el pastel y comen. Poco a poco se irán retirando dejando a la festejada con su vestido turquesa y con el mundo en sus huesudas manos.