El planeta es de virus, no se podría concebir la vida sin éstos. Si éstos, incluido el Sars-Cov2 y el que causa el ébola, los humanos seríamos felices sólo 24 horas, después desapareceríamos, así es el impacto que tienen en nuestras vidas, asentó la doctora cronobióloga Rebeca Toledo Cárdenas al abordar el tema en la Semana Mundial del Cerebro (SMC).
La coordinadora de la SMC e investigadora del Instituto de Investigaciones Cerebrales (Iice) de la Universidad Veracruzana, explicó que los virus están presentes en el cáncer, en la reproducción y en la alimentación. Gran parte de nuestro peso son virus y bacterias.
El Rinovirus que se parece mucho al Covid-19, es uno de los más exitosos del planeta pues existe desde antes de Cristo y al igual que el coronavirus hincha la célula hasta que revienta, se va a otra y continúa propagándose e inunda la garganta y los pulmones.
Las células infecciosas liberan células inmunitarias que defienden el cuerpo inflamándose y se llenan de moco, de ahí que los remedios de las abuelas aconsejen tomar tés e infusiones con limón y miel como sucedía hace unos mil 500 años a.C. cuando se calentaban sustitutos porque aún no hay cura para el resfriado común.
También hace 200 millones de años ya había virus del papiloma porque portamos pedacitos de virus de nuestros antepasado; el papiloma humano lo tenemos el 70 por ciento de los seres humanos pero no es tan “tonto” para matar a los individuos porque necesita seguir infectando, “es un poco silente”, asentó. La doctora Toledo Cárdenas indicó que todos los organismos pueden ser infectados, por lo que los virus pueden pasar de una época a la otra, así como que el mundo no sería lo que es sin éstos que no son tan feos ni tan malos, sólo que cuando le pegan a la economía, como ha sucedido con el Sars-Cov2, es cuando se les considera malignos.
Existe una gran cantidad de virus benéficos, reiteró, puesto que eliminar los que viven en el mar, donde cada litro de agua contiene alrededor de 100 mil millones de virus, podría provocar calentamiento global.
Cada litro de agua genera cien millones de virus, lo que supone la matriz de todo lo viviente, asentó, así como que la nieve microbiana, compuesta de residuos sólidos, cuando se desgaja va al fondo marino y tiene la capacidad de enfriar al planeta. Los residuos desprenden CO2 que mantiene a raya a los virus.
Dijo que en un estudio que se realizó con algas del Golfo de México se encontró que de 1.8 millones de virus, sólo el 10 por ciento tenían vínculos con algún ser, pero que el 90 por ciento eran desconocidos para la comunidad científica.
La cuarta parte de la fotosíntesis del mundo se hace en los océanos porque hay flotando virus que hacen fotosíntesis, los que buscan nuevo huésped. La Elysia Chlorotica fotosintetiza a través de las bacterias y virus.
Concluyó que todos los linajes vamos a ser habitados por virus, “somos parte de los virus y que si somos organismos placentarios se debió a éstos. No somos entidades separadas, los virus son esenciales para nuestra supervivencia, por lo que mientras más conozco a los hombres, más quiero a mis virus”.