Xalapa, Ver.- El confinamiento como medida sanitaria ante el Covid-19 es una paradoja, pues produce o exacerba otros padecimientos, asentó Enrique Vargas Madrazo, coordinador del Centro de EcoAlfabetización y Diálogo de Saberes (EcoDiálogo) de la Universidad Veracruzana, quien agregó que es una reacción entendible de las autoridades, sin embargo conduce a una mayor propensión a la morbilidad y mortalidad.
Para el investigador de la UV, es una contradicción que demuestra la complejidad y, a su vez, ésta desborda el pensamiento lineal, en este caso puramente epidemiológico. Sin embargo, son varios los aspectos que tienen que ver con el hacinamiento, citó, tan sólo la crisis económica generada por la pandemia redunda en mayores índices de desnutrición.
Por otro lado, el encierro produce crisis psicológicas, suicidios, violencia intrafamiliar, sedentarismo, malos hábitos de alimentación, desinformación.
Para el académico, los parques y lugares públicos en lugar de estar cerrados deberían estar controlados, mediante profesionales que promuevan y faciliten procesos de cuidado y ejercitación para la salud. En ese tenor recurrieron al municipio, pero nunca obtuvieron respuesta ante una propuesta planteada.
Ante el contexto que se vive en el mundo, EcoDiálogo –a través de la Unidad de Salud Integrativa– desarrolla el Módulo Básico para el Autocuidado de la Salud, en el que participan 65 personas del país y del extranjero.
Cabe decir que una de las líneas de generación y aplicación del conocimiento de esta entidad universitaria es “Biomedicina sistémica integrativa y sustentabilidad comunitaria” y a ella pertenece la Unidad de Salud Integrativa, a la cual están suscritas una serie de áreas de trabajo, una de las más importantes es la Red de Círculos de Salud.
Desde hace unos cinco años trabajan con ésta en Xico y Xalapa desarrollando actividades en parques, espacios públicos y en el propio EcoDiálogo.
El módulo básico citado se desarrolla a través de Internet, inició el 17 de septiembre y consta de 14 semanas en las que las personas realizan actividades, ejercicios y un trabajo de educación para la salud que implica tres fundamentos: movimiento y respiración, desintoxicación y alimentación, y cuidado emocional e intelectual.
Añadió que estas áreas cubren de manera integral el trabajo de salutogénesis, es decir, “en lugar de sólo estar luchando contra la enfermedad –como puede ser la vacuna, los antivirales, el uso de mascarillas o el confinamiento– más bien trabajar por la salud”.
Enfatizó que el enfoque salutogénico de este módulo ha resultado exitoso, pues convocó a más de 65 participantes –de Monterrey, Guadalajara, Ciudad de México, Oaxaca, Colombia, España, entre otros lugares–, lo cual ha implicado una evaluación clínica al inicio y al final, que les permitirá identificar si hay un mejoramiento significativo de la salud.
Remarcó que el fenómeno de la salud no es simple, de un parámetro, sino que es biopsicosocial, planetario, molecular, familiar, espiritual, alimenticio, entre otros, así como “plagado de subjetividad; entonces, “esto sólo puede ser abordado de una manera más efectiva a través de procesos y enfoques metodológicos transdisciplinares”.
La vacuna sustentable es la que crece desde la vitalidad de mis células, desde el autocuidado, y esa es una medicina de la sustentabilidad
añadió Enrique Vargas.
Aclaró que al concluir el módulo no termina el proceso, más bien se suman a la Red de Círculos de Salud, animada vía WhatsApp, y que tiene aproximadamente 200 personas, para continuar formando redes de consumo consciente, huertos de traspatios, trabajo de género, violencia y salud.
Para conocer más al respecto y estar pendientes de la convocatoria al próximo módulo, consulte en Facebook: Unidad de Salud Integrativa: Educación e investigación.