En 2023, el reguetón está posicionado como el género musical más transgresor por hablar de encuentros sexuales y tener un baile –perreo– que también genera movimientos corporales vinculados con el erotismo, la sensualidad y la sexualidad, coinciden especialistas.
¿Por qué el reguetón genera polémica?
Hablar de música polémica en los últimos años es referirse a rap malandro, corrido tumbado, narcocorrido y reguetón, ¿pero por qué el reguetón entra en la música que muchas personas llegan a considerar hasta censurable?
Estudiosos de las culturas y la música opinan que es problemático por tocar un tema tabú que ha permanecido en lo discreto y privado, pero que de una u otra forma ha estado presente.
Algunos de los ejemplos mencionados son la producción de pornografía y todas las formas de sexualidad fuera del matrimonio que –afirman– se toleran y si están dentro del marco machista heteropatriarcal hasta se celebran.
“La sociedad latinoamericana es una sociedad mojigata, hipócrita, muy marcada por una religión punitiva, y si se habla desde esa perspectiva, se entiende por qué hay quienes dicen que todo el reguetón es negativo o basura, y es porque habla explícitamente de la sexualidad”, dice el profesor-investigador Héctor Domínguez Ruvalcaba.
El especialista en sexualidades, género y violencia en la literatura y la cultura latinoamericanas dice diferir de ese punto de vista generalizado, pues afirma que toda sociedad requiere y tiene narrativas eróticas.
Visto así, opina que el reguetón no viola ninguna regla sino que confirma el tipo de sociedad a la que pertenecemos y en la cual nos han educado: “una sociedad completamente machista y misógina”.
“Se celebra mucho que los hombres sean hipersexuados y que las mujeres pareciera que no tuvieran ningún deseo sexual. Creo que esta educación no es positiva para nada”, dice.
El investigador piensa que es tiempo de hablar de sexualidad de una manera abierta y directa con el fin de quitar el tabú de que el erotismo es algo no discutible en público.
“El reguetón cumple una función de narrar, de exponer representaciones eróticas que son propias de esta sociedad; ¿qué es lo que refleja el reguetón en su gran mayoría?, una realidad centrada en el cuerpo y deseo masculinos y en el cuerpo de la mujer como depositaria de estos deseos, como objeto de los caprichos que el deseo masculino pueda tener”.
¿Qué opina sobre la música de Bad Bunny?
Al referirse a Bad Bunny opina que la gente no tendría por qué asustarse sino más bien atender a ese reguetón que cuestiona y presenta formas de pensar la sexualidad mucho más allá de la manera opresiva con la que tradicionalmente se lleva la sexualidad.
Desde su punto de vista, la crítica tendría que ser no hacia un género musical sino hacia la idea centralizada del deseo masculino expuesta como la única forma posible de deseo.
La censura
En breve recorrido histórico, la antropóloga Carolina Rossáinzz nombra al tango, la salsa, la música disco, la lambada y los bailes sensuales de Elvis Presley como movimientos mal vistos y rechazados en sus inicios.
“Se pensaba que eran indecentes e incluso se les intentó controlar, censurar, pero si pensamos hoy en Elvis, es una gran figura del rock and roll. Todo esto lo que nos dice es que las sociedades cambian y poco a poco nos estamos abriendo para captar nuevas formas de relacionarnos con el cuerpo a través del baile sin que esto implique del todo una práctica sexual”.
Observa que desde antes de que el reguetón se volviera tan popular, otros productos como series o telenovelas mexicanas abordaban la realidad de que la gran mayoría de las personas jóvenes tienen una vida sexual activa sin que sean mayores de edad, estén casadas o vivan en pareja.
“No creo que debamos satanizar o prohibir estas prácticas porque son cotidianas, son parte de nuestra realidad y de nuestra naturaleza como seres humanos”, puntualiza.
La investigadora reitera el llamado a no asustarse con las distintas músicas transgresoras, productos culturales o prácticas juveniles, sino instruir a los jóvenes sobre una sexualidad responsable basada en métodos anticonceptivos y prácticas consensuadas.
Como una tarea colectiva ve esta labor, donde además de los medios de comunicación masiva y los productos culturales, sean los padres, madres, cuidadores, profesores –la sociedad en general– quienes participen y normalicen la educación sexual y se avance en la eliminación de tabúes.
Enfatiza que “la música no es estática y el reguetón no solo es violencia, sexo y machismo, sigue una línea que el propio contexto le marca, donde mujeres como Rosalía, Becky G, Anitta, Karol G, Natasha e Ivy Queen toman otras posturas y otras formas de empoderamiento y liberación”.
Publicado en Diario de Xalapa