Las redes sociales no suplen el necesario contacto con otras personas para activar diferentes circuitos cerebrales que intervienen en el aprendizaje, en la empatía y en el desarrollo cognitivo, puntualizan integrantes del Instituto de Investigaciones Cerebrales de la Universidad Veracruzana.
Tras el confinamiento por pandemia, invitan a interactuar, a charlar, a sostener miradas, a bailar, cantar y hacer deporte en compañía, pues al cerebro le gusta y le viene bien hacer amigos.
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¿Por qué es necesario estar en contacto con otras personas?
En el arranque de la 16ª edición de la Semana Mundial del Cerebro, los investigadores Jorge Manzo y María Elena Hernández apuntaron que la naturaleza humana es social.
“Existe lo que se denomina cerebro social. Todos necesitamos el contacto con otras personas porque si no, podemos enfermar”, enfatizan.
Explican que ante la falta de contacto, de interacción e integración social, hay una alta posibilidad de presentar tristeza, así como trastornos emocionales, tal y como se ha visto en los últimos años, a raíz del confinamiento obligado por pandemia.
Reiteran que el aislamiento prolongado es dañino para la salud mental y las neurociencias confirman que el cerebro tiene regiones encargadas de controlar conductas para buscar y mantener la interacción con otras personas.
Estar acompañado y comunicarse permite desarrollar habilidades para entender a otros y que los otros nos entiendan, detallan.
Recuerdan que saber más de este tema será posible del 11 al 17 de marzo en Casa del Lago, donde se desarrollarán actividades sin costo desde las 10 de la mañana con motivo de la Semana Mundial del Cerebro.
¿Cómo afecta a los menores no tener contacto con otras personas?
En el Museo de Antropología, en una sesión más de “Sábados en la Ciencia”, Pabeli Becerra Romero y Osvaldo Torres Pineda mencionaron que no convivir con otras personas tiene mayores afectaciones en infantes.
Los estudiantes de doctorado en Investigaciones Cerebrales sostienen que esto queda confirmado con los actuales problemas que algunos niños y niñas tienen para socializar después de pasar un largo periodo en casa.
Ante público mayoritariamente infantil, explicaron cómo funciona el cerebro, con énfasis especial en la empatía y cómo esta es importante para socializar de mejor manera.
A manera de cuento, hablaron de algunas herramientas que tiene el cerebro -empatía y las neuronas espejo- y cómo través de reconocer emociones en otras personas, de manera individual las podemos integrar y aprender más.
Un taller permitió entender también que con empatía y el uso de las neuronas espejo es posible identificar los distintos tipos de cerebro que podemos tener: científico, musical, longevo o enfermo.
Así, se pueden crear modelos propios de cómo están estructuradas las neuronas en función de los distintos tipos de cerebro que existen en la sociedad y en las amistades.
Pabeli Becerra y Osvaldo Torres invitan a jugar pues se trata de la mejor manera de aprender y, de paso, fortalecer los vínculos afectivos con quienes nos rodean.