Yanga, Ver.- El Carnaval de Yanga no es solo fiesta, es también una oportunidad de fortalecer la identidad afro entre la población que por temor al racismo no se asume como tal, comenta la profesora investigadora del Instituto de Antropología, Sagrario Cruz Carretero.
“Paradójicamente Yanga no se considera afrodescendiente en su mayoría, pero es importante hablar de esa ascendencia afro negada que es donde se debe trabajar más por ese reconocimiento sobre de dónde vienes, dónde quedó esa afrodescendencia que se desvanece cuando se abolen las castas”, comenta.
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Detalla que si bien el carnaval surgió como una fiesta, a mediados de los años ochentas, poco a poco ha evolucionado incluyendo símbolos de la cultura afro, lo que ha permitido fortalecer esta identidad entre la población, sin embargo, aún falta mucho por hacer.
La investigadora comenta que parte de que la población no quiera autoreconocerse como población afro se debe a dos factores fundamentales: la primera es la falta de conocimientos sobre esta cultura y, segundo, el alto índice de racismo a partir de la pigmentocracia.
“México es un país profundamente racista, consideramos que ser blanco es lo mejor, hay una pigmentocracia, es decir, los blancos están en la cúspide de la pirámide social y se desprecia la piel oscura, entonces a partir de este racismo la gente no se identifica con una ascendencia afro”, agrega.
Entrevistada tras presentar la conferencia “El carnaval de Yanga: notas y comentarios sobre una fiesta de la negritud”, en el marco del primer encuentro de pueblos afros, Cruz Carretero reconoce qué hay mucho trabajo por hacer para lograr el reconocimiento total de la población afro, pero se debe partir desde la educación y sensibilización de autoridades.
“Es necesario tomar conciencia sobre nuestra afrodescendencia y que no solamente sólo indígenas e ibéricos, sino también afros” dice y agrega que el Carnaval de Yanga es hoy un espacio para enarbolar la herencia que dejó Yanga como héroe libertario y líder cimarron, pero también para honrar la africanidad.
Finalmente apunta que se debe apostar más a la educación, implementar talleres y generar consciencia y demostrar que la cultura afro es parte fundamental del México a como lo conocemos hoy.