/ domingo 7 de febrero de 2021

Van en aumento las relaciones tóxicas en parejas

Te presentamos historias de ese problema; tuvieron que pedir ayuda de Neuróticos Anónimos

Córdoba, Ver.- Celos, revisiones constantes de redes sociales y llamadas seguidas generan estrés, depresión, ansiedad en las parejas, lo que conlleva a las "relaciones tóxicas", creando conflictos en las personas que pueden generar separaciones e inclusive diversos tipos de ataques que puedan atentar contra la vida de quienes son víctimas de estos actos.

Luis y Mauri son integrantes de Neuróticos Anónimos, del grupo “Buena Voluntad”, y narran sus experiencias de relaciones tóxicas que lo llevaron a relaciones conflictivas, problemas con familiares y separaciones causando daño, pues no aceptaban lo que vivían hasta que recibieron ayuda profesional.

Hace un año, Luis sostenía su primera relación amorosa, la cual le causaba sentimientos encontrados como amor, miedo, ansiedad y estrés, lo que le derivada en sus inseguridades; según él, su novia ejercía presión hablándole del matrimonio y de una vida juntos al lado del hijo de ella, a quien el entrevistado vio como un hijo.

“Yo pensaba que no quería tener una relación de toda la vida con ella, tenía miedo de poder estar con ella y decirle la verdad; entonces me celaba, me decía que yo la engañaba, eran pleitos, humillaciones, no me dejaba hacer mis cosas, me revisaba el celular, me pedía capturas de pantalla de con quién hablaba”, expresó.

Sin embargo, lo que podía pintarse de color rosa, lo llevó a tener miedo e inseguridad, pues su pareja sentimental le llegaba a pedir capturas de pantalla de con quién charlaba a través de las redes sociales y de WhatsApp, pues para Luis era un peligro hablar de sus amigas y compañeras de trabajo.

“Llegué a pensar que lo hacía porque me ama, sentí que le di todo, tuve un trabajo donde ganaba bien, pero siempre me hablaba de sus problemas con su familia y su hijo, hasta que llegué al punto de llevarla a vivir a mi casa y darle la cama de mi abuela”, explicó.

Él le ofreció todo lo que pudo mientras vivían juntos, pues aceptaba que los interrogatorios "porque la amaba" y con el paso del tiempo describió que no podía alejarse de ella por el temor al qué dirán sus familiares.

Con el paso de los meses, Luis se enteró que su pareja lo engañaba, “sentí mucho dolor, pues le di todo y me pagó de esa forma, de la manera más fea, entonces mis cuadros de depresión y ansiedad se hicieron más fuertes”.

Al entrar al grupo de Buena Voluntad, supo que lo que vivió fue una relación tóxica por parte de quien fuera su novia y al ser esta su primer relación amorosa tenía miedo de no encontrar a alguien más y terminar solo.

Uno de sus miedos era dejar ir a su novia, pero veía día con día que los conflictos eran más grandes, los problemas constantes sin embargo siguió adelante por miedo a la soledad.

Hoy día, Luis está estable en cuanto a sus emociones y recomendó a todos aquellos jóvenes que pasan por una situación similar acercarse con expertos, pues el vivir este tipo de relaciones no solo lastima a quienes la padecen sino también a quienes lo rodean.

Por su parte, Mauri describió que se obsesionó con las dudas; su afán por “descubrir” algo en la ropa, cartera, camisa o celular de su pareja, para buscar una infidelidad, su ansiedad y estrés aumentaron, llegando al grado de una separación.

“Cuando salíamos a una fiesta siempre le buscaba la mirada para ver si me miraba a mí o a quien; siempre inicié las discusiones, cuando se compraba perfumes llegaba a romperlos, pues pensaba se los había regalado una mujer, le revisaba la cartera y si encontraba un papel con número y sin nombre tiraba el papel”, dijo.

Narró que muchas veces le tomó el tiempo de llegada a su esposo de su área de trabajo hasta su domicilio particular y al ver que no coincidía con los otros días, empezaba a realizarle llamadas seguidas, una tras otras hasta que este le respondiera o bien llegara a la casa.

Pero estas acciones siguieron y al darse cuenta de que su marido llegaría tarde, cerraba la recámara con llave y aunque lo oía que quería entrar e intentaba abrir el cerrojo con una tarjeta, ella no se levantaba de la cama.

“Mi enojo era tanto que lo dejaba sin cenar, pasaba días sin hablarle, no le planchaba la ropa, pues quería que lo vieran todo feo; cuando conciliaba el sueño profundo lo revisaba del cuerpo, brazos y cuello para ver si no tenía algo fuera de lo normal”, expresó.

Aspectos como revisar su cartera, oler su ropa y revisar que esta no tuviera lápiz labial hicieron que con el tiempo su esposo se cansara de su actitud tóxica y eso causó que se fuera de la casa, quedándose sola con problemas emocionales quizá más fuertes de los que ya había pasado.

El sueño de Mauri era poder encontrar a un hombre como su padre, pues cuando su mamá le decía “ya va a llegar tu padre” en cuestión de tiempo se hacía presente en casa, “pensaba que iba a encontrarme a alguien como mi papá, que mi esposo sea como mi papá, pero no fue así, me convertí en una mujer como me describí, me daba una ansiedad grande, que acabó en una depresión peor”.

Ella también llegó al grupo de Neuróticos Anónimos con problemas de depresión y contándole a sus compañeros su experiencia, vio que no estaba sola y poco a poco fue cambiando su actitud hasta que su esposo volvió con ella y ahora cuenta que ya hasta pueden hablar de sus amigas del trabajo sin caer en discusiones.

Córdoba, Ver.- Celos, revisiones constantes de redes sociales y llamadas seguidas generan estrés, depresión, ansiedad en las parejas, lo que conlleva a las "relaciones tóxicas", creando conflictos en las personas que pueden generar separaciones e inclusive diversos tipos de ataques que puedan atentar contra la vida de quienes son víctimas de estos actos.

Luis y Mauri son integrantes de Neuróticos Anónimos, del grupo “Buena Voluntad”, y narran sus experiencias de relaciones tóxicas que lo llevaron a relaciones conflictivas, problemas con familiares y separaciones causando daño, pues no aceptaban lo que vivían hasta que recibieron ayuda profesional.

Hace un año, Luis sostenía su primera relación amorosa, la cual le causaba sentimientos encontrados como amor, miedo, ansiedad y estrés, lo que le derivada en sus inseguridades; según él, su novia ejercía presión hablándole del matrimonio y de una vida juntos al lado del hijo de ella, a quien el entrevistado vio como un hijo.

“Yo pensaba que no quería tener una relación de toda la vida con ella, tenía miedo de poder estar con ella y decirle la verdad; entonces me celaba, me decía que yo la engañaba, eran pleitos, humillaciones, no me dejaba hacer mis cosas, me revisaba el celular, me pedía capturas de pantalla de con quién hablaba”, expresó.

Sin embargo, lo que podía pintarse de color rosa, lo llevó a tener miedo e inseguridad, pues su pareja sentimental le llegaba a pedir capturas de pantalla de con quién charlaba a través de las redes sociales y de WhatsApp, pues para Luis era un peligro hablar de sus amigas y compañeras de trabajo.

“Llegué a pensar que lo hacía porque me ama, sentí que le di todo, tuve un trabajo donde ganaba bien, pero siempre me hablaba de sus problemas con su familia y su hijo, hasta que llegué al punto de llevarla a vivir a mi casa y darle la cama de mi abuela”, explicó.

Él le ofreció todo lo que pudo mientras vivían juntos, pues aceptaba que los interrogatorios "porque la amaba" y con el paso del tiempo describió que no podía alejarse de ella por el temor al qué dirán sus familiares.

Con el paso de los meses, Luis se enteró que su pareja lo engañaba, “sentí mucho dolor, pues le di todo y me pagó de esa forma, de la manera más fea, entonces mis cuadros de depresión y ansiedad se hicieron más fuertes”.

Al entrar al grupo de Buena Voluntad, supo que lo que vivió fue una relación tóxica por parte de quien fuera su novia y al ser esta su primer relación amorosa tenía miedo de no encontrar a alguien más y terminar solo.

Uno de sus miedos era dejar ir a su novia, pero veía día con día que los conflictos eran más grandes, los problemas constantes sin embargo siguió adelante por miedo a la soledad.

Hoy día, Luis está estable en cuanto a sus emociones y recomendó a todos aquellos jóvenes que pasan por una situación similar acercarse con expertos, pues el vivir este tipo de relaciones no solo lastima a quienes la padecen sino también a quienes lo rodean.

Por su parte, Mauri describió que se obsesionó con las dudas; su afán por “descubrir” algo en la ropa, cartera, camisa o celular de su pareja, para buscar una infidelidad, su ansiedad y estrés aumentaron, llegando al grado de una separación.

“Cuando salíamos a una fiesta siempre le buscaba la mirada para ver si me miraba a mí o a quien; siempre inicié las discusiones, cuando se compraba perfumes llegaba a romperlos, pues pensaba se los había regalado una mujer, le revisaba la cartera y si encontraba un papel con número y sin nombre tiraba el papel”, dijo.

Narró que muchas veces le tomó el tiempo de llegada a su esposo de su área de trabajo hasta su domicilio particular y al ver que no coincidía con los otros días, empezaba a realizarle llamadas seguidas, una tras otras hasta que este le respondiera o bien llegara a la casa.

Pero estas acciones siguieron y al darse cuenta de que su marido llegaría tarde, cerraba la recámara con llave y aunque lo oía que quería entrar e intentaba abrir el cerrojo con una tarjeta, ella no se levantaba de la cama.

“Mi enojo era tanto que lo dejaba sin cenar, pasaba días sin hablarle, no le planchaba la ropa, pues quería que lo vieran todo feo; cuando conciliaba el sueño profundo lo revisaba del cuerpo, brazos y cuello para ver si no tenía algo fuera de lo normal”, expresó.

Aspectos como revisar su cartera, oler su ropa y revisar que esta no tuviera lápiz labial hicieron que con el tiempo su esposo se cansara de su actitud tóxica y eso causó que se fuera de la casa, quedándose sola con problemas emocionales quizá más fuertes de los que ya había pasado.

El sueño de Mauri era poder encontrar a un hombre como su padre, pues cuando su mamá le decía “ya va a llegar tu padre” en cuestión de tiempo se hacía presente en casa, “pensaba que iba a encontrarme a alguien como mi papá, que mi esposo sea como mi papá, pero no fue así, me convertí en una mujer como me describí, me daba una ansiedad grande, que acabó en una depresión peor”.

Ella también llegó al grupo de Neuróticos Anónimos con problemas de depresión y contándole a sus compañeros su experiencia, vio que no estaba sola y poco a poco fue cambiando su actitud hasta que su esposo volvió con ella y ahora cuenta que ya hasta pueden hablar de sus amigas del trabajo sin caer en discusiones.

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