Tomatlán, Ver.- Alexis Hernández Ruiz, es un joven originario de Tomatlán y a sus 25 años de edad ha dado vida a Jesús de Nazaret durante la escenificación de la Pasión de Cristo que se realiza, desde hace 59 años, en este municipio ubicado en la zona centro de Veracruz, a menos de una hora de la ciudad de Córdoba.
Este 2024, durante la quincuagésima novena edición de la escenificación, Alexis se despedirá de su personaje, pues cumple ya tres años de darle vida al nazareno, experiencia que le ha dejado una gran lección de vida y sobre todo, el honor de haber sido parte de esta importante actividad que da identidad a Tomatlán.
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Personificar a Jesús de Nazaret es un reto
En entrevista para El Sol de Córdoba, Alexis cuenta que representar a Jesús en la escenificación es un verdadero reto, física y mentalmente pues requiere de mucha preparación para poder hacerlo de manera digna y sobre todo cargar la cruz, de más de 72 kilogramos, durante todo el trayecto que recorre el viacrucis viviente.
“Ya son tres años que, por promesa, cada actor lleva su proceso y en este caso ya es mi tercer año y ya preparándome para lo que es la escenificación de esta semanas santa y así dar paso para que el próximo año lo haga otra persona” comenta el entrevistado quien reconoce que para poder participar se ha preparado constantemente.
Reconoce que no ha sido fácil dar vida a Jesús de Nazaret, pues aunque el pasaje bíblico pareciera ser el mismo, cada año los diálogos se van modificando a fin de variar un poco la presentación de la historia, siempre respetando lo que establecen las sagradas escrituras en relación a la pasión y muerte de Jesucristo.
“Esto se hace con fe, como tradición del pueblo y de la parroquia y uno lo hace con mucha fe, con devoción, con todo respeto y sin ofender a nadie y claro que ha impactado en mi, yo soy una persona con principios religiosos, pero ya vivir en carne propia todo lo que pasó Jesús si cambia la vida, porque me hace pensar todo lo que pasó Jesús por nosotros” relata.
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Y comenta que no se arrepiente de haber sido parte de esta escenificación y solo espera que quien lo reemplace el próximo año ponga la misma pasión por representar dignamente a Jesús, sobre todo porque afirma que por más preparado que se esté, al momento de escenificar todo es distinto, pues hay condiciones climáticas distintas y ya estar bajo el escrutinio público es pesado.
“El primer año iba yo sin miedo, dije: bueno ya estoy aquí, me encomendé a Dios y lo hice, pero cuando ya cargue la Cruz ya a mitad del camino pensé que no iba a terminar, en el segundo año pensé que sería más fácil, pero pasó lo mismo, la Cruz pesa, pero es una promesa que hice y no podía detenerme. No es fácil, solo me encomiendo a Dios y le pido que me ayude a seguir” comenta.
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Y precisa que una cosa son los ensayos y otra muy distinta es la escenificación, y pues obviamente todo es más difícil, sin embargo, al encomendarse a Dios todo es más sencillo, por lo que asegura que ya está listo para hacer su tercera escenificación y despedirse bien del personaje.