La ocurrencia de cuatro sismos de gran magnitud durante el mes de septiembre, de manera específica los días 7 y 19, es una “casualidad extraordinaria” pero esto no implica que este mes sea “de sismos” en el país aseguró Francisco Córdova Montiel, responsable del Observatorio Sismológico y Vulcanológico (OSV) de la Universidad Veracruzana (UV).
En entrevista, recordó que los sismos no se pueden predecir ni tienen un patrón establecido por lo que la coincidencia de fechas de los eventos registrados en 1985, 2017 y 2021 es meramente casual.
“Han coincidido en fechas cuatro eventos importantes y eso nos lleva a pensar de inmediato en esa posibilidad, sin embargo, desde el punto de vista sismológico simplemente es una casualidad, desde luego extraordinaria porque la coincidencia de las fechas es asombrosa, pero no va más allá de eso. Se descarta completamente que este sea un mes de sismos en México, aunque los datos puedan sugerirlo de esa manera”, refirió.
El investigador universitario apuntó que no existe ningún sustento científico que lleve a pensar que el próximo 19 de septiembre se vaya a presentar otro sismo de gran magnitud como se ha difundido a través de las redes sociales. No obstante, aclaró que dado que estos fenómenos no se pueden predecir si podría volver a ocurrir. “Mal haría yo en decir que no va a temblar pero mal haría también en decir que va a temblar. No lo sabemos, puede ser que sí, puede ser que no. ¿Es muy improbable? Si, pero no es imposible, pudiese ocurrir algún evento”, expuso.
Incluso, aseguró que ese día va a temblar como tiembla todos los días en el país ya que actualmente, los datos del Servicio Sismológico Nacional (SSN) dan cuenta de al menos 80 sismos al día en promedio y que de manera general, la sismicidad que ocurre en México -y en el mundo- es uniforme a lo largo del año. “Estos sismos son comunes día a día, los que no son comunes son los de magnitud tan significativa como el de este martes”, refirió.
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El responsable del Observatorio Sismológico y Vulcanológico de la UV expuso que tanto el sismo ocurrido la noche del martes que tuvo percepción en Veracruz como el del pasado 4 de agosto que tuvo epicentro en la entidad deben ser una llamada de atención a la población en general para conocer mejor la sismicidad en cada región a fin de crear las medidas que mitiguen los efectos de los sismos, sobre todo los colapsos de estructuras y pérdidas humanas.
“Hay que identificar aquellos espacios que resulten menos vulnerables si es que no tenemos la alternativa de evacuarlos (…) buscar o reconocer en nuestras casas los espacios con antelación para saber cómo actuar ante la ocurrencia y el arribo de las ondas sísmicas”, concluyó.