Veracruz, Ver.- Al entrar al cuarto y escuchar la voz de Karla diciendo mamá, Corey Pulido Granda también regresó a la vida porque estuvo a punto de enloquecer con la incertidumbre de que su hija no saliera del coma que la mantuvo ausente de la realidad por más de 15 días.
Sin avisar a nadie, Corey se introdujo como pudo a la habitación de su hija para ver con sus propios ojos que la joven había despertado del coma; justo ese día tenía reunión con gente de la Fiscalía, pero eso lo dejó para luego porque lo primordial era ver a su pequeña.
“Ella ya había abierto sus ojos y no me avisaron hasta que la pasaron a piso y ahí me ves, yo me metí, no me importó la Fiscalía y les dije discúlpenme, pero tengo que ver a mi hija, en cuanto tenga tiempo retomamos todo (..) Sus primeros movimientos fue el cuerpo, como cuando le da una electricidad, abrió los ojos, la desintubaron, cuando entré me miró, me dijo mamá y me apretó la mano, su primera palabra volvió a ser la misma de cuando era niña: mamá. Ella se siente mejor, ya salió del peligro, tiene todos los movimientos, habla y reconoce a su familia, hay bloqueos, pero su cerebro va evolucionando, pero ya va mejor, si no hubiera salido bien yo creo que me volvería loca”, dijo.
Desde el pasado 31 de agosto la angustia la hizo su presa al enterarse que su hija había sido víctima de agresión por una persona que en el pasado ya la había mandado al hospital por lesiones en la cabeza.
Su viaje de Cosamaloapan y Veracruz se hizo eterno y los días siguientes fueron una muerte lenta pues todos los pronósticos médicos conducían a que su hija tenía un edema cerebral con pocas probabilidades de salir adelante.
Sin embargo, su fe en Dios y las muestras de apoyo y solidaridad de familiares, amigos y conocidos que se unieron en oración con Karla, la mantuvieron de pie, esperando que su hija regresara del coma y continuará con sus planes.
De pequeña Karla había soñado con ser maestra, pero en la adolescencia cambió sus planes y se recibió como licenciada en comercio internacional, recibiendo honores por su desempeño académico y se tituló en muy poco tiempo.
Desde que abrió los ojos, no se ha hablado de lo que pasó incluso se ha pedido a las autoridades esperar un tiempo para hablar con ella, de todos modos, no han hecho nada y el presunto responsable sigue prófugo evadiendo la ley.
La familia pide justicia por el hecho, pero ahora es más importante la recuperación de la joven de 27 años.
Aún no hay fecha para un alta porque faltan otros estudios, pero la angustiada mujer espera que pronto puedan regresar a Cosamaloapan en donde los espera su familia para brindarle todo el apoyo y amor que Karla necesita en este momento.
Esta es la segunda vez que Karla se repone de un evento de violencia, pero su madre está segura de que saldrá adelante pues desde pequeña, aunque tímida ha demostrado que tiene las agallas para superar la adversidad y seguir su camino para alcanzar sus metas.
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Cabe destacar que Karla Guadalupe fue agredida por su expareja el pasado 31 de agosto y aunque permaneció en coma, el 14 de septiembre despertó y continúa internada en el Hospital de Alta Especialidad de Veracruz esperando poder retomar su vida con una recuperación que podría durar tres años, según los pronósticos médicos.