Xalapa, Ver.- En vista de que el incremento en el kilo de tortilla impactará directamente sobre su producto, personas dedicadas a la venta de tacos, empanadas, gorditas, tostadas y todos los productos que se elaboran a base de masa tendrán que subir, aunque gradualmente para "no espantar" a los clientes, coincidieron pequeños empresarios del ramo, quienes dijeron que en algunos casos ya empezaron a ajustar precios desde que el maíz, el gas y la gasolina ha ido subiendo.
Roberto Méndez Carvajal indicó que de momento no tienen pensado subir el precio de la orden de tacos porque no quieren "espantar" a los clientes, ya que la demanda apenas empieza a componerse.
En su opinión, tendrán que aguantar un rato más con los precios de entre 12 y 16 pesos la orden de tacos, aunque si ellos comprarán la tortilla más cara tendrán que ir pensando en cómo hacerle para no lastimar la economía de sus clientes, pero tampoco la suya, porque no es sólo la tortilla la que sube sino la carne, el aceite y sobre todo el gas.
Rosa Guzmán Roa comentó que las tortillas para taco son cada vez más pequeñas y delgadas porque ha sido una manera en que los industriales podían aguantar los incrementos y con ello también se mantuvieron los precios de la orden de tacos por más de un año, porque además hay mucha competencia y luego que se quedaron sin poder vender por varios meses, no le podían subir “así como así”.
Ahora que se ha anunciado el incremento en el kilo de tortilla, verán la posibilidad de subir aunque sea un peso la orden de cinco tacos, con lo que vendría costando 16 pesos, abundó.
Jacobo Hernández Rosas señaló que en su caso han optado por comprar la masa y “echar” tortillas a mano frente al cliente porque son más sabrosas y rinden más, aunque si bien tiene que pagar a una persona que las haga, eso agrega valor a su producto y puede dar el taco a cinco o seis pesos, de acuerdo a lo que prefiera el cliente, que se va contento y sabe que regresará mañana o pasado mañana porque les gusta su tortilla hecha a mano. Él no ha pensado en subir el precio, pues antes tendrá que ver cómo se puede organizar, sacar sus gastos y los salarios de sus empleados.
Mario Luis Ramírez consideró que lo más importante en este momento será mantener el negocio abierto y con ello a sus dos o tres empleados, por lo que si tiene que incrementar los precios de sus productos lo hará poco a poco, quizá primero un peso en algunas órdenes de tacos y en otras dos pesos, porque tampoco los quiere ahuyentar.
Sin embargo, ante la escalada de precios sobre todo de los combustibles, tendrá que hacer ajustes sin perjudicar a sus clientes, a los que trata siempre como si fueran de casa para que regresen.
Algunos productores han optado por reducir el tamaño y el peso de tortillas, tostadas, tlacoyos y gorditas para preparar, indicó Hilda Román Pérez, quien dijo que las tortillas son cada vez más delgadas y pequeñas; en su caso, desde hace un mes ha disminuido el número de tlacoyos, pues daba cinco por diez pesos, pero ahora sólo pone cuatro en cada bolsita, porque “ya no le da”.
Ella prefirió mantener el tamaño y el grosor de su producto porque es la “vista” que da a su cliente, el que si ve que los tlacoyos son más chicos no se los compra.
Por su parte María Guadalupe Pozos sigue dando dos tortillas hechas a mano por un peso, sin embargo desde marzo pasado cuando el maíz empezó a subir y a llegar casi a 800 pesos el bulto, disminuyó el tamaño y el grosor, con lo que si bien ya no es tan “llenadora”, eso le permite mantener a 20 pesos la bolsa con 40 tortillas.
En Orizaba aumento a la tortilla "sí afectará"
Orizaba, Ver.- El aumento al precio del kilo de tortilla, producto alimenticio considerado como parte de la canasta básica, sí afecta a los comerciantes que elaboran antojitos del comal y a quienes tienen una cocina económica, pues no pueden elevar el precio de los alimentos porque se quedarían sin clientes, dijo Mari Rosas, dueña del local "La tía".
"Los ajustes al precio de la tortilla, principales ingredientes para la elaboración de antojitos típicos de Orizaba, son un golpe a la economía del consumidor y del comerciante", agregó.
Para doña Mari, quien se dedica desde hace diez años a la elaboración y venta de garnachas, esta alza representa menos ganancias y más inversión. "En lo que va del año las ventas de desayunos y comidas disminuyó considerablemente", abundó.
A pesar del panorama, las vendedoras de estos alimentos no prevén un incremento en sus precios, indicó. Señaló que no es sólo el incremento al precio de la tortilla, que en la zona de las Altas Montañas ya la compran en 16 pesos, también es en otros ingredientes y productos indispensables para preparar sus alimentos, como el gas que sube constantemente su precio, lo que presiona más las ganancias de los negocios como el de Mari.
“Yo ocupo mucha tortilla porque hacemos chilaquiles, vendemos tacos, es la fuente básica para nosotros, para transformarla en diferentes platillos. El detalle es que ha subido todo, no nada más la tortilla. El tomate para la salsa de chilaquiles se disparó, también la cebolla, el chile. Incluso subieron los precios en otras materias primas como las tortillas de harina, el unicel, que ahora es de otra fibra, todo sube de precio, hasta te espantas”.
"Para mantener a la clientela tratan de no subir el precio a sus productos, de tal manera que las garnachas, tostadas sencillas (sin carne) y tacos cuestan 10 pesos, si le aumentamos, la gente deja de comprar y nosotros nos quedamos sin venta", apuntó.
Iliana Núñez, ama de casa, señala que diariamente compran por lo menos kilo y medio de tortilla para la comida y cena de la familia. “Somos cinco en la casa, generalmente, pero cuando vienen los sobrinos o llegan visitas compramos otro kilo más. La tortilla es lo que más consumimos porque cuesta menos que el pan de sal, que también está caro”, dijo.
Con el incremento al kilo de tortilla, agregó, tendrán que moderar la ingesta de este producto, pues cada vez alcanza menos el dinero; “tenemos que cubrir otros gastos y sólo tenemos el ingreso de dos personas; hay que dar mantenimiento a la casa, pagar pasajes y aunque los niños todavía no tienen clases presenciales, deben tener un teléfono o computadora, si no nuevos, sí que estén en condiciones adecuadas para que puedan recibir sus clases y eso cuesta”, concluyó.
Con información de Mayra Figueiras | El Sol de Orizaba
